Mr. General | JenLisa

32

Lisa cerró la puerta de su oficina tras ellas, cruzándose de brazos mientras miraba a Jennie con seriedad.

—¿Es una broma? —preguntó con incredulidad—. Jennie, no podemos simplemente saltarnos la parte de ser novias y casarnos de la nada.

Jennie la miró, tranquila y confiada como siempre.

—¿Por qué no?

Lisa soltó una risa seca y negó con la cabeza.

—Porque eso no es lo normal.

Jennie rodó los ojos.

—¿Y qué tiene de normal nuestra historia? Nos conocimos cuando yo no te soportaba, luego me volví loca por ti, después casi te matan protegiéndome, desapareciste por meses y ahora estoy aquí exigiéndote matrimonio. Nada de esto es normal, Lisa.

Lisa abrió la boca para responder, pero la cerró cuando se dio cuenta de que Jennie tenía razón.

Jennie dio un paso adelante, mirándola con intensidad.

—¿Me amas?

Lisa sintió un nudo en la garganta.

—Sabes que sí.

—Entonces, ¿qué más da?

Lisa suspiró, pasándose una mano por el cabello.

—Jennie... ¿estás segura de esto? No quiero que en unos meses te arrepientas. No quiero ser un error en tu vida.

Jennie frunció el ceño y se acercó más, tomando el rostro de Lisa entre sus manos.

—No seas tonta. Eres la única cosa en mi vida de la que nunca me arrepentiría.

Lisa sintió que todo su autocontrol se rompía en ese instante.

Jennie Kim la estaba eligiendo.

A ella.

—Dios... —susurró Lisa antes de tomar a Jennie por la cintura y besarla con todo lo que tenía.

Jennie sonrió contra sus labios.

—¿Eso es un sí?

Lisa la miró y exhaló un suspiro rendido.

—No tengo escapatoria contigo, ¿verdad?

Jennie sonrió con arrogancia.

—Nunca.

Lisa rió y apoyó su frente contra la de Jennie.

—Está bien. Casémonos.

...

Jennie rodó los ojos, cruzándose de brazos con fingida molestia.

—¿De verdad necesitamos pasar por la etapa de ser novias?

Lisa le lanzó una mirada divertida.

—¿Tienes prisa por casarte conmigo, Kim?

Jennie la fulminó con la mirada.

—No te emociones, solo quiero asegurarme de que no te me vuelvas a escapar.

Lisa rió suavemente y tomó las manos de Jennie entre las suyas.

—Escucha, quiero hacer esto bien. Quiero que disfrutemos cada momento. Ser novias, tener citas, discutir sobre la decoración de la boda, que te frustres conmigo por no saber diferenciar los tipos de flores...

Jennie suspiró, pero una pequeña sonrisa apareció en sus labios.

—Está bien... acepto ser tu novia primero.