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Las cortinas estaban corridas, el aire denso por el olor a feromonas, sudor y deseo.
Draco no había tenido tiempo de hacer su nido; su cuerpo simplemente no lo permitió.
Estaba Lubricando.
La oleada lo había tomado por sorpresa.
Su piel ardía, los muslos temblaban y la entrepierna estaba húmeda y lista.
Gemía bajo las sábanas arrugadas, buscando con desesperación el cuerpo que necesitaba.
Y Harry... estaba ahí.
Su Alfa.
Su pareja.
-Harry...-jadeó Draco, los ojos entrecerrados, mejillas sonrojadas y la espalda arqueada sobre el colchón-Por favor... duele... necesito...
Harry jadeaba también.
Su instinto lo tenía a flor de piel.
Su cuerpo reaccionaba a Draco como si fuera todo lo que existía en el mundo.
Y, en ese momento, lo era.
-Shh... ya, Omega mío... estoy aquí-susurró mientras se colocaba encima, una mano acariciando su cintura temblorosa.
El contacto fue eléctrico.
Harry lo olió profundamente.
Su esencia, y su núcleo expuesto.
Su Omega totalmente abierto, vulnerable, perfecto.
Draco se retorcía, con lágrimas cristalinas por el impulso, gimiendo con cada roce.
Harry no pensó, solo actuó.
Entró en él con una suavidad feroz, dejándose guiar por el calor del momento.
Draco lo recibió con un grito ahogado, sus piernas rodeándolo por completo.
-¡Harry! ¡Dios, sí!-
El Alfa comenzó a moverse, profundo, constante.
Rápidamente Mordisqueando sus pesones, y penetraba su núcleo a la vez.
-¡A-alfaa!-Agarro a Harry fuerte rasguñando su ancha espalda, Harry incluso empezó a entrar en un pre-celo también.
Draco no podía parar de llorar de placer, entre orgasmos casi consecutivos.
Su vientre estaba cálido, fértil, deseando.
El cuerpo pedía cachorros.
-Estás... estás tan Mojado-murmuró Harry, con la voz ronca.
-Entonces... ¡Dame cachorros!-suplicó Draco, rompiéndose por dentro, jadeando como si le faltara el aire.
Harry lo mordió.
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𝓗𝓪𝓻𝓬𝓸-𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪
Fanfiction-¿Quién es mi Omega? -gruñó Harry, su voz grave, ronca, con un filo de amenaza en cada palabra. Draco no respondió de inmediato, su orgullo luchando contra su cuerpo. Entonces un dedo lo rozó justo ahí, provocándole un espasmo que lo dejó sin aire...
