Hechizada [PARTE 1 COMPLETA - PARTE 2 EN PROCESO]

17. Ser mi amigo

Jade Jhonson.

15 de noviembre, 2019.

En cuanto cierro la puerta, apoyo la espalda de la misma y llevo una mano a mi pecho, percibiendo lo acelerado que está mi corazón y lo rápido que sube y baja mi pecho con cada respiración. No puedo creer lo que ha ocurrido y lo que he hecho, pero lo que sí creo, es que probablemente me estoy volviendo loca.

Niego aún sin poder creerlo y con pasos lentos y temblorosos, me alejo de la puerta y camino hacia el gran espejo que Eda puso en la sala, para encontrar mi cara de tomate en el reflejo. Creo que jamás me había sonrojado tanto como ahora, pero es que...

Toco mi mejilla con una mano y está caliente, estoy ardiendo y ¿cómo no estarlo cuando a Andrew, al parecer lo picó un bicho raro y le dio por soltar todas esas declaraciones de la nada?, ¿Cómo me va a decir que quiere volver a ser mío?, ¿Cómo puede decir alguien una cosa como esa y a la vez, lucir normal?

Me dejo caer de rodillas, sintiendo cómo mi rostro comienza a quemar mi mano de lo caliente. Es mucho para asimilar, es mucho... Sé que dije que quería estar con Andrew, que quien me gusta es él, pero... Yo... Mi mente y mi corazón no estaban preparados para recibir todas esas confesiones hoy, pensé que tardaría un poco más y yo... entré en pánico y me dejé llevar por los nervios y en lo único que podía pensar era en que debía alejarme de él lo más pronto posible, al menos por hoy, que necesitaba espacio y tomar distancia de él.

Mi perrita Joey se acerca hacia mí con curiosidad y yo la tomo con ambas manos y la alzo hasta la altura de mi rostro, ella me mira de la forma más linda y adorable.

—¡Andrew dijo que quería estar conmigo, Joey! ¡Él volvió a llamarme brujita! —chillo con emoción.

Ladra.

—¡Y dijo que quería besarme!

Menea su cola con emoción.

—Él dijo que ayer estaba celoso de Milo —digo bajando la voz, luego la abrazo y tapo sus orejas—y dijo: "Quiero volver a ser tuyo, Jade."

Y me dejo caer de espaldas al piso, Joey comienza a lamer mi mejilla y aunque eso me haría reír en otra ocasión, ahora solo puedo morder mi labio inferior y reproducir una y otra vez la escena en mi mente. Dios, me siento como una estúpida adolescente hormonada de 15 años.

—¡Y le cerré la puerta en la cara! —suelto, horrorizada a la vez que tapo mi rostro con ambas manos, mientras pataleo.

—¿A quién le cerraste la puerta y por qué estás tirada en el piso? —escucho la voz de Eda y cuando volteo a ver, la encuentro entrando al apartamento y cerrando la puerta.

Me levanto del piso con rapidez, tomo a Joey entre mis brazos y la miro con normalidad, fingiendo que todo el escándalo que armé con anterioridad, jamás pasó.