Decisiones y Sombras
El bosque estaba en silencio... demasiado silencio. Tras el encuentro con la pelirroja y la aparición imponente de Mia en forma de lobo dorado, Teresa apenas había tenido tiempo de calmarse. Había regresado al sendero principal que conectaba con las casas de Forks, esperando no cruzarse con más sorpresas esa tarde.
Pero justo cuando pensó que lo peor había pasado, sintió un escalofrío recorrerle la espalda. No venía del frío, sino de la sensación inconfundible de estar rodeada. Su instinto —no el de Bella, sino el de Teresa— la obligó a alzar la mirada con frialdad y mantener el paso firme.
—Sabía que ibas a regresar por aquí —dijo una voz familiar. Grave. Tensa.
Edward Cullen.
Teresa se detuvo, el ceño fruncido. Giró lentamente. Frente a ella, los Cullen.
Edward, Emmett, Rosalie, Alice y Jasper.
La rodeaban sutilmente, como si quisieran cerrar un círculo invisible. No la amenazaban físicamente, pero la forma en que se posicionaban era clara: no pensaban dejarla ir sin una respuesta.
—Bella —comenzó Edward, con esa expresión intensa que solía derretir corazones, pero que ahora no causaba nada en ella—. ¿Nos recuerdas?
Teresa bajó la mirada por un segundo, solo para respirar hondo y prepararse para lo que iba a decir. Cuando volvió a alzar los ojos, ya no era Bella. Era Teresa.
—No —dijo con firmeza—. No los recuerdo. Y aunque lo hiciera... no cambiaría nada.
Alice se adelantó un paso, su rostro cargado de tristeza.
—Pero tú eras nuestra amiga. Nuestra familia. Yo vi tu futuro, Bella.
—Ya no soy Bella —interrumpió Teresa, en tono serio, como quien deja caer una verdad con todo su peso—. Esa chica murió... y no pienso seguir cargando con los errores o las decisiones que ella tomó.
Rosalie bufó, molesta.
—¿Y así de fácil lo ignoras todo? ¿Lo que pasaste con Edward? ¿Con nosotros?
—Fácil no fue —respondió Teresa, sus ojos ahora encendidos con la furia contenida de una vida entera—. Bella se parti en mil pedazos. Ustedes los Cullen... la abandonaron. Bella se aferraba a ustedes... y ¿dónde estaban cuando más los necesitaba?
Jasper apretó los puños, claramente incómodo por la oleada de emociones intensas que emanaban de ella. Emmett, en cambio, solo la miraba con el ceño fruncido, como si tratara de reconocer a la chica que una vez los hizo reír.
Edward dio un paso más, deteniéndose frente a ella.
—¿De verdad no queda nada de Bella en ti?
Teresa lo miró directo a los ojos. No con odio, ni con rencor, sino con convicción.
—Tal vez queda algo... pero eso no significa que quiera recuperar lo que ustedes me ofrecieron. Yo no quiero vivir atrapada en decisiones del pasado. Aprendí a respetarme. Ustedes deberían hacer lo mismo.
Se hizo un silencio pesado. Solo el susurro del viento entre los árboles acompañaba sus palabras.
—No pienso relacionarme con ustedes de nuevo. No les debo nada. Y si realmente alguna vez me quisieron... entonces lo mínimo que pueden hacer es respetar lo que soy ahora. No soy su Bella. para ustedes ahora Soy....Isabela.
Las palabras cayeron como una sentencia. Contundentes. Irrefutables.
Los Cullen no dijeron nada. Solo se miraron entre ellos, algunos con incredulidad, otros con tristeza. Edward fue el último en apartar la mirada. No pudo soportar la intensidad de los ojos de Isa. Había perdido... a Bella. Y lo más triste, era que nunca entendió realmente a la persona que ella fue.
Teresa no esperó una respuesta. Se giró y se marchó con paso seguro, dejando atrás el círculo que la había rodeado como una jaula, liberándose finalmente del peso de una historia que ya no era suya.
Desde lejos, Caius Volturi aún observaba. Sonrió apenas.
—Interesante —susurró—. Muy interesante.
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Talves deje un poco la historia me voya enfocar en las historias que voy a empezar a escribir jsjs

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Renacer en otra piel [CREPÚSCULO]
Fantasy-En proceso de reescritura- Cuando Teresa Chávez muere a manos de Fernando, su historia debería haber terminado. Pero en ese mismo instante, en un lugar muy lejano, Bella Swan también fallece, consumida por la depresión tras el abandono de Edward Cu...