El secreto en la piel
La noche había caído sobre La Push como una manta de terciopelo oscuro. El mar rugía suavemente a lo lejos, como si cantara una vieja melodía solo entendida por criaturas antiguas. En la orilla, una fogata pequeña ardía entre las piedras, lanzando chispas doradas al cielo estrellado.
Jacob y Mia estaban sentados uno junto al otro, con los pies descalzos tocando la arena húmeda. A unos metros, Teresa se había retirado, dejándolos solos tras notar que ambos necesitaban hablar.
El silencio entre ellos era cómodo, pero cargado de algo más. Algo intenso, invisible... casi eléctrico.
Jacob fue el primero en hablar.
—No sé cómo explicarlo... pero desde el primer momento que te vi, sentí que todo en mí se alineaba. Como si mi alma estuviera esperándote desde siempre.
Mia giró la cabeza, sus ojos rojizos resplandeciendo suavemente con el fuego.
—Yo también lo sentí. Fue como... una llamada. Una certeza —dijo, bajando la mirada a la arena—. Pero no pensé que fuera posible. No para alguien como yo.
Jacob frunció el ceño.
—¿Alguien como tú?
Mia suspiró y estiró las piernas, dejando que la brisa jugara con su cabello.
—Jacob, lo que voy a decirte... no es fácil. No porque me avergüence, sino porque durante años creí que nadie lo entendería. Que si lo decía en voz alta, todos me mirarían como un error, una contradicción.
Jacob la miró con suavidad, sin decir nada. Solo esperando.
Mia respiró hondo, luego giró completamente hacia él.
—Soy un híbrido, Jacob. Nací de un vampiro... y una loba.
Jacob parpadeó, sorprendido.
—¿Qué?
—Lo sé, es difícil de creer —dijo con una sonrisa rota—. Dos naturalezas opuestas, unidas en una sola existencia. Por eso mi cuerpo es más fuerte que el de cualquier lobo, pero también tengo parte de la sed, parte de los instintos vampíricos... y los dones.
Jacob asimiló en silencio. Pensó en el tamaño impresionante que Mia había mostrado al transformarse, en el pelaje dorado brillante, en sus ojos inusuales. Ahora todo tenía sentido.
—Entonces... ¿tienes los poderes de ambos?
—Sí. Pero también la carga de ambos. Siento la llamada de la luna, el deseo de correr libre por el bosque... pero también la sed. No de sangre humana, nunca. Solo la necesidad de ese poder, ese instinto que lucha por controlarme.
—Mierda... —murmuró Jacob, sin juicio ni miedo en su voz—. Eso... eso suena muy solitario.
Mia lo miró. Por primera vez, sus ojos rojos brillaron no con furia, sino con emoción contenida.
—Lo fue. Hasta ahora.
Jacob se acercó un poco más.
—¿Nadie más como tú?
—Nadie que yo haya encontrado. Fui criada por una mujer humana que me protegió hasta que murió. Después, me busqué sola. Nadie me aceptaba completamente. Siempre era demasiado... diferente.
El silencio cayó otra vez, pero esta vez estaba cargado de una ternura que no había antes.
Jacob tomó su mano.
—Conmigo no tienes que fingir ser nada más que tú.
Mia parpadeó, sorprendida.
—¿No te asusto?

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Renacer en otra piel [CREPÚSCULO]
Fantasy-En proceso de reescritura- Cuando Teresa Chávez muere a manos de Fernando, su historia debería haber terminado. Pero en ese mismo instante, en un lugar muy lejano, Bella Swan también fallece, consumida por la depresión tras el abandono de Edward Cu...