Ecos del Alma
El lunes por la mañana, la molestia en el tobillo de Teresa aún no desaparecía del todo. Aunque ya podía caminar sin muletas, una ligera punzada la hizo fruncir el ceño mientras cruzaba la cocina. Charlie, preocupado, insistió en llevarla nuevamente al hospital para un chequeo rápido.
—Solo para estar seguros, ¿sí? —dijo mientras tomaba las llaves de la patrulla—. No quiero que se complique más.
Teresa no protestó. Había algo dentro de ella que... deseaba volver al hospital. No por la herida, no por el vendaje. Por él. Por el doctor de sonrisa serena y mirada que desarmaba.
El hospital de Forks no era grande, pero tenía algo cálido y tranquilo. Teresa esperó sentada en una camilla, mirando el reloj de la pared con impaciencia. Cuando escuchó pasos aproximarse, su corazón se aceleró sin razón.
La puerta se abrió, y allí estaba Carlisle Cullen.
Otra vez.
—Señorita Swan —saludó con una sonrisa leve pero genuina, sus ojos dorados brillando con una suavidad difícil de sostener—. ¿Dolores persistentes?
—Algo así —respondió Teresa, evitando mirarlo directamente. Sus ojos parecían capaces de escarbar en su alma... y ella tenía demasiados secretos dentro.
Carlisle revisó su historial en una tableta antes de acercarse. Con cuidado, se arrodilló frente a ella para revisar el vendaje de su tobillo.
—¿Le han dolido las noches? ¿Algún ardor?
—Un poco —murmuró ella—. Pero es más molesto durante el día. Como si mi cuerpo recordara el dolor, aunque ya esté sanando.
Carlisle la miró un instante, y luego volvió a enfocarse en el tobillo.
—El cuerpo tiene memoria. Pero a veces, es el alma la que recuerda cosas que la mente ya ha olvidado —dijo con voz suave, casi como si no lo hubiese dicho solo por decir.
Teresa lo miró, sorprendida. Sintió un escalofrío en la espalda.
—¿Usted cree en eso?
—Sí —respondió, y al alzar la vista, sus miradas se encontraron. Fue un instante largo. Incómodo. Mágico—. A veces, incluso siento... que conozco a ciertas personas sin haberlas visto antes. Como si sus almas hubieran cruzado con la mía en otro tiempo, otro lugar.
Teresa sintió que su corazón latía demasiado fuerte. Tragó saliva, mirando sus manos sobre su pierna. Él seguía agachado, cerca. Demasiado cerca.
—Tal vez... eso mismo me pasa con usted —se atrevió a decir, en un susurro.
Carlisle la observó, como si algo en sus palabras le confirmara una sospecha antigua. Pero solo asintió, profesional y calmado como siempre.
—Tal vez. El tiempo y las almas tienen caminos que la lógica no siempre puede explicar.
Guardó silencio mientras le quitaba el vendaje antiguo con cuidado y colocaba uno nuevo, sus dedos apenas rozando su piel. Cada contacto era como un pequeño destello, una chispa que le recorría los nervios.
—Está sanando bien. Pero debería evitar los movimientos bruscos por lo menos tres días más.
Teresa asintió, aún un poco aturdida por lo que acababa de pasar. Carlisle se levantó lentamente, dándole una última mirada.
—Puede pasar por la recepción para su alta. Pero si el dolor vuelve, venga de inmediato.
Ella bajó de la camilla, colocándose bien la chaqueta.

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Renacer en otra piel [CREPÚSCULO]
Fantasy-En proceso de reescritura- Cuando Teresa Chávez muere a manos de Fernando, su historia debería haber terminado. Pero en ese mismo instante, en un lugar muy lejano, Bella Swan también fallece, consumida por la depresión tras el abandono de Edward Cu...