—¿Cómo se encuentran las muchachas?
—Aún están muy traumatizadas —susurró con pesar Tariel—. Lo único positivo es que las heridas de sus cuerpos están sanando, pero... Dudo que sus mentes puedan hacerlo.
—Nadie podría quedar bien psicológicamente luego de vivir como prisioneros, aceptando que jamás volveremos a nuestras vidas o ver a nuestros seres queridos —pronunció en un tono bajo Gala—. Aunque ya me haya resignado a esta vida, sé qué jamás podré ser feliz aquí.
Tariel la tomó de las manos, afligida.
—No diga eso, señorita Gala —le pidió con tristeza—. imagino que la vida aquí es muy diferente a la de su hogar, pero cuando ya no hay más opciones, lo mejor que podemos hacer, es intentar vivir felices con lo que tenemos. Sé que no le gusta el príncipe Mofak, pero él siempre se ha comportado cómo un caballero con usted, ha sido muy respetuoso, tal vez podría darle una oportunidad.
Gala suspiró y negó con la cabeza, soltándose de su agarre con delicadeza.
—A Mofak sólo puedo verlo como un buen amigo...
—¿Aún tiene en mente al rey Ezlang, verdad?
En ese momento Ivanska entró a la habitación, mirando a Gala.
—¿Podría dejarnos un momento a solas?
—Claro —sonrió levemente—. Los veo a la hora del almuerzo.
Cuando la castaña se fue, el oficial se acercó a la cama donde Tariel estaba sentada.
—Mofak habló conmigo anoche, luego de que ustedes dos se fueran. No quise decírtelo esta mañana, pero debemos hablarlo de todos modos.
—¿Qué quieres decir? ¿Qué habló contigo?
—Él cree que lo mejor para ti es regresar a tu pueblo. Considera que allí estarás más segura, y además... Cree que ya es momento de que consigas un noble con quien formar tu propia familia.
—¿Q-Qué?
—Me pidió que partiéramos mañana temprano.
Los ojos de la joven rubia se cristalizaron al escuchar aquello.
—¿El señor Mofak ya no me quiere en su casa?
—No es eso Tariel, sólo que con todo lo que está ocurriendo, él piensa que lo mejor para ti es regresar con tu familia. Y además, ya estás en edad de contraer matrimonio.
—Y-Yo no quiero eso.
—¿Entiendes que es peligroso para tí estar aquí?
—No me refería a eso.
—¿Entonces?
—N-No quiero... Casarme —susurró en un tono quebrado.
—¿Por qué no?
Tariel respiró profundo y miró hacia abajo, apretando sus manos en forma de puños sobre sus muslos.
—E-El hombre que yo... Q-Que yo quiero n-no me ve de ese modo.
Las facciones de Ivanska se endurecieron, intentando lucir indiferente.
—¿Ah sí? ¿Cómo estás tan segura? ¿Has hablado con él? Estoy seguro que si tus padres hablan con él, lo harían cambiar de opinión fácilmente. No entiendo cómo alguien podría negarse a tomarte como esposa, a menos que se trate del rey Ezlang o Mofak.
—N-No, Ivanska, no me refiero a ellos, sino... A tí.
***
—Haremos un acto conmemorativo luego, ahora lo importante es poner en orden este lugar —pronunció Izlang, leyendo unos informes—. Lo más importante en este momento, es encontrar a mi hermano. Quiero que un grupo de soldados busquen al ex rey Ezlang.
—Sí, señor.
—No, ustedes no lo harán —les dijo a los guardias reales de Tarek—. Mis propios soldados lo harán. Quiero que busquen al ex rey Ezlang, y lo traigan a mí presencia ¿De acuerdo?
—Como usted lo ordene, mi señor.
—Muy bien. Mensajeros, comiencen con las invitaciones para las naciones, todos los altos mandos deben estar presentes al momento en que asuma como rey de Tamak'Atak —sonrió—. Quiero además que preparen un banquete digno de presentación al nuevo soberano —les dijo a los jefes de la cocina—. Y díganle a las siervas que comiencen con los preparativos de las habitaciones y los grandes salones, nuestros invitados deben sentirse completamente cómodos, agasajados.
—Como usted lo ordene, rey Izlang.
—Por cierto ¿Donde está la muchacha gato? —le inquirió curioso a uno de los consejeros, luego de que los siervos se retiraran a cumplir sus tareas.
—¿Se refiere a la señorita Tariel?
—Sí, esa misma ¿Donde está? ¿No se supone que está al servicio de la familia real? Quiero que la adornen y luzca bonita, exquisita, es la imagen de nuestra casa.
—La señorita Tariel huyó junto a las humanas y el oficial Ivanska, soberano. No sabemos el paradero de ellos aún.
—Mm, ya veo —pronunció pensativo.
—Pero los buscaremos también para usted.
—Sí, háganlo, es un animal muy hermoso, no puede estar en manos de cualquiera.
***
—Dos días después—
—Señor, un mensajero de la casa real ha traído este sobre para usted —pronunció la sierva entregándole el objeto a Mofak.
—Gracias.
—¿Será que ellos ya saben que estábamos aquí? —le inquirió con temor Gala.
Estaban los dos almorzando en la cocina, cuando fueron interrumpidos por su sierva.
—No lo creo —le dijo abriéndolo, leyendo las primeras líneas... Dejándolo aturdido.
—¿Qué es? ¿Qué sucede? No me asustes, Mofak.
—Izlang ha tomado el reino, es una invitación a su autoproclamación como rey de Tamak'Atak... Eso quiere decir que Tarek fue destituido.
—N-No puede ser.
Se puso de pie y Gala lo siguió, saliendo de la cocina.
—¿A dónde vas? ¿Qué piensas hacer?
—Debo avisarle a Ezlang lo que está ocurriendo, encontrarlo antes de que ellos lo hagan.
—De acuerdo, iré contigo.
—No, de ninguna manera, tú te quedas aquí.
—No voy a quedarme aquí sola, Mofak, iré contigo.
—No estás sola, están mis decenas de siervos y mis soldados. Aquí estás más protegida, de lo que estarás conmigo. Además, no puedo movilizarme con un grupo grande de guerreros, ya que llamaría la atención fácilmente
—No seré un estorbo, sólo quiero ir contigo, estar ahí a tu lado, apoyarte-
—Ya, Gala, ya —le dijo molesto, con el ceño fruncido—. No necesitas fingir, ni forzarte mintiendo, sé muy bien que sólo quieres ir por Ezlang, porque necesitas volver a verlo. No soy estúpido.
—Nunca dije que lo fueras, y no estoy mintiendo. Tienes razón que quiero verlo, pero también quiero ir contigo para estar a tu lado. No me siento segura aquí.
—No irás, no voy a cambiar de opinión. En este momento, el lugar más seguro para ti, es esta casa.
...
