Dante.
Valentina prácticamente huye hacia su habitación luego de la conversación con mi madre. Suelto un suspiro mientras me sirvo un poco más de café y avanzo hasta quedar frente a mi progenitora.
—Felicidades, la has asustado —mascullo.
Mamá suelta una risa divertida.
—La chica me agrada, más que Sienna, eso es seguro.
Sonrío de lado.
—Creí que Sienna te agradaba.
—Oh, lo hacía. Pero siempre tuve la sospecha de que era demasiado... presuntuosa. Parecía que te quería así que eso es suficiente para mí. Pero Valentina es...diferente.
—Ni que lo digas.
Bajo la vista hacia el café, Valentina es tan diferente a todo lo que una vez estuve acostumbrado. Con Sienna pocas veces discutíamos, en realidad no puedo recordar alguna en donde ambos llegásemos al grado que alcanzamos la noche anterior Val y yo.
Con Sienna todo siempre estuvo en control.
Val...Val es un huracán. Con Valentina todo parece un desastre.
Pero por extraño que eso parezca, me agrada. Me tiene tan necesitado de ella que me vuelvo irracional.
—Cariño...
—Mamá, en serio, tengo una resaca terrible y...
—¿Por qué no le has dicho lo mucho que la quieres?
Su pregunta me saca de balance, tomo una inhalación bajando la vista de nuevo a mi café. ¿Por qué no se lo he dicho? Porque a veces ni siquiera yo mismo puedo entender que es realmente lo que siento.
Es como si me mantuviera atrapado en una encrucijada en la que no sé como debería de actuar. Porque unas veces quiero decirle que la quiero pero en otras me siento aterrado de lo que eso pueda significar.
—No es tan sencillo —admito.
—Nunca lo es —mamá sonríe con calidez.
Tomo una nueva inhalación como si eso me permitiera coger el valor para decir lo que realmente necesito.
—Es que en realidad ni yo mismo sé que es lo que ocurre —sacudo la cabeza —ella no me es indiferente, pero estar con ella es...es como enfrentar un torbellino del cual no tengo idea si saldré ileso. Anoche fue la prueba de eso, discutimos y creo que ambos dijimos cosas que no debimos.
Mi madre coloca una de sus habituales miradas comprensivas, no hay forma de que pueda ocultarle a esta mujer todo el caos que es mi interior. Durante toda mi vida, mi madre ha sido mi principal confidente, luego del desastre de Sienna...volver a ella se siente reconfortante.
—No hay nada entre nosotros, nada formal, quiero decir. Y se supone que nadie puede saber de esto así que...—mi madre arquea la ceja y retengo la sonrisa.
—De Mateo lo esperaría, pero de ti... —dice divertida.
—Lo sé —respondo, soltando un suspiro. —Créeme, lo sé. Pero es que Val es... —me detengo, buscando las palabras que no terminan de hacerle justicia—. Es increíble, mamá. Es fuerte, es buena, es divertida. Me vuelve maldito loco, en el mejor y peor de los sentidos. Y no puedo resistirme a ella. No puedo y no sé si en realidad quiera hacerlo.
Cierro los ojos por un par de segundos.
—Luego de lo que pasó con Sienna, creí que lo que hay entre nosotros sería lo mejor. No estoy listo para lanzarme de nuevo, pero al mismo tiempo me aterra estar en la nada con ella. Pero anoche discutimos —suelto finalmente, como quien escupe una verdad que le pesa demasiado—. Porque ella cree que no quiero reconocerla. Que no quiero escogerla. ¿Cómo demonios se supone que lo haga cuando ella es la primera que me aparta a cada segundo?

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Un desastre llamado amor.(SL#6)
Teen FictionDante Lombardi lo tenía todo: una prometedora carrera, un futuro estable y la mujer con la que planeaba casarse... hasta que la encontró en la cama con su mejor amigo. Atrapado entre el orgullo y la rabia, tiene la certeza de que el amor no es más q...