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— 🍂 ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴏɴ
La tarde en la casa de Emily transcurría con una calma poco habitual. El sol apenas filtraba su luz cálida entre las copas altas de los árboles que rodeaban la cabaña, y dentro, el ambiente era suave, cargado con el aroma de panecillos recién horneados y sopa caliente.
Kalani estaba desparramada en el sillón más grande, con las piernas cruzadas bajo ella y una manta ligera sobre el regazo. Su cabello aún estaba húmedo por la ducha rápida que se había dado al llegar, y una taza de chocolate caliente descansaba en sus manos. Leah estaba en la cocina, cortando frutas con una precisión casi agresiva, mientras Quil y Seth jugaban una partida de cartas en el suelo, cerca de la chimenea encendida.
- No puedes ganarme, Quil - Dijo Seth con una sonrisa ladeada, lanzando una carta como si estuviera en una final mundial - Soy invencible en Uno.
- Eres insoportable en Uno - Bufó Quil, frunciendo el ceño - Pero no invencible. ¡Come cuatro!
Kalani se rió entre dientes, viendo cómo Seth le lanzaba una mirada de traición exagerada.
- ¿Vas a dejar que me humille así, Kal? - Le dijo él, dramatizando mientras se volteaba hacia Kalani.
Ella sonrió, llevándose la taza a los labios - Soy suiza. Neutralidad total.
- Cobarde.
Leah soltó una carcajada seca desde la cocina.
- Seth se lo merece. Siempre presume hasta que alguien le gana, y luego se pone a llorar como cachorro.
- No lloro - Protestó Seth - Solo expreso mis emociones de forma saludable, gracias.
Kalani apoyó el mentón en sus manos, observando a su mejor amigo con ternura. Estar ahí, sin el resto de la manada, se sentía extrañamente íntimo. Sin el bullicio constante de los chicos más ruidosos, podía prestar atención a los pequeños detalles. El ritmo relajado de Leah, el sarcasmo natural de Quil, la energía cálida de Seth.
Y por un momento, se permitió relajarse de verdad.
- ¿Sabes? - Murmuró Seth más tarde, después de que Leah se sentara también con ellos - Me alegra que estés aquí.
Kalani lo miró con confusión- ¿Aquí en la sala?
- Aquí en Forks. Aquí con nosotros - Seth hizo una pausa, bajando la voz - Sé que no ha sido fácil, pero... te ves feliz. Eso me pone feliz.
El corazón de Kalani dio un pequeño salto. No porque no lo supiera, sino porque Seth lo dijera con esa voz tranquila, esa dulzura tan propia de él.
- Tú también me haces feliz, tonto - Le dijo, recostando la cabeza en su hombro - Eres mi persona favorita junto a Paul.