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— 🍂 ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴏɴ
La casa de Emily olía a hot cakes y tocino cuando Kalani cruzó la puerta junto a su hermano, todavía medio dormida, con el short de mezclilla a la cadera y un bikini triangular color negro que escondido bajo un top blanco suelto y fino. Emily la saludó desde la cocina con una sonrisa y un tenedor en la mano.
- Buenos días, dormilona - Bromeó Embry desde la mesa, mientras Paul, ya sentado, no podía dejar de mirarla.
La mirada de Paul fue descarada. Iba desde sus piernas hasta sus labios, pasando con descaro por la curva de su cintura.
Kalani lo sintió de inmediato - ¿Qué? - Le preguntó ella, alzando una ceja y cruzando los brazos mientras le daba la espalda para ir a saludar a Emily.
Paul sonrió como si supiera un secreto. Se levantó, caminó hacia ella sin apuro y se le pegó por detrás, sus manos viajando a su cintura mientras hablaba contra su oído.
- Nada... te ves muy bien - Le susurró, voz ronca, dedos deslizándose por el dobladillo de su short.
- Paul - Kalani giró la cabeza, entre divertida y abrumada - ¿Puedes comportarte? Y hazte para allá porque tu temperatura lobuna me da calor.
Él rió, muy cerca de su cuello - Yo también tengo calor - Susurró, bajando las manos a sus caderas con descaro.
Sam carraspeó fuerte desde el otro lado del desayunador. Paul no se movió. Jared lanzó una carcajada.
- Este perro anda en celo - Soltó con una risa burlona.
- Jared - Gruñó Sam, cruzado de brazos.
- Ew - Dijo Embry intentando enfocarse en su comida.
Kalani escondió la cara en el pecho de Paul, entre avergonzada y encantada. Pero el lobo no tenía intenciones de alejarse. Era como si su piel necesitara estar pegada a la de ella en todo momento.
Desayunaron entre risas, bromas, y más comentarios incómodos de parte de Jared. Paul no dejó de tocarla ni un segundo: su mano sobre su muslo, su brazo detrás de su silla, sus dedos entrelazados con los de ella. Todo él era una necesidad constante de estar cerca.
Cuando Kalani terminaba su panqueque, se manchó de mermelada en los labios sin darse cuenta. Paul la vio y limpió la mancha en la comidita de sus labios con una mirada que hace que ella se sonroje.
Leah le tiró una servilleta con fastidio - Puedes no estar caliente cinco minutos, gracias.
- Creo que todos pensamos lo mismo - Le dio la razón Embry.
Y cuando por fin subieron todos a la camioneta para ir rumbo a la playa, Kalani terminó sentada en la batea, justo entre Paul y Jacob. Embry y Seth frente a ellos, peleando por la hielera de bebidas.
