Capitulo 10 - La Marca Desvanecida

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Un mes había pasado desde la última vez que Harry y Draco se habían hablado

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Un mes había pasado desde la última vez que Harry y Draco se habían hablado.

El ambiente en Hogwarts había vuelto a la rutina, aunque había una tensión sutil en el aire.

Los pasillos seguían oliendo ligeramente a la mezcla de Harry y Draco, aunque eso ya estaba casi desvaneciéndose.

La marca en el muslo de Draco estaba casi curada, casi imperceptible, pero aunque la herida física había sanado, algo más permanecía.

Algo que ni ellos mismos se atrevían a admitir.

En las clases de Pociones, Snape observaba con detenimiento a Harry.

-Potter, ¿te sientes bien?-preguntó Snape, su mirada fija en Harry, como si estuviera buscando algo en él.

Harry no levantó la vista del caldero. Su mente estaba perdida, observando los ingredientes, sin realmente estar allí.

-Sí, profesor-Respondió con desgana.

Snape lo miró unos segundos más, sus ojos entrecerrados. Sabía que algo no estaba bien, pero se limitó a murmurar un hechizo para mejorar la temperatura del caldero antes de retirarse.

En la mesa de Gryffindor, Ron y Hermione no podían dejar de mirarse, preocupados.

-Harry no está bien-dijo Hermione en voz baja, su ceño fruncido mientras observaba a su amigo.

Ron asintió, mirando a Harry con una mueca.

-Lo he notado, no habla mucho. Siempre está como perdido en sus pensamientos-

Hermione suspiró, mirando a Harry con preocupación.

-Se ve agotado, como si estuviera... como si no estuviera pensando con claridad-

-Quizás está por Ginny-Ron se encogió de hombros, mirando a Harry con cierto resentimiento, después de todo, su amigo no les había contado mucho sobre su relación con Ginny.

Harry, sin embargo, no había hablado de Draco en todo ese tiempo.

No mencionó ni una sola palabra acerca de la marca ni del Alfa que lo había marcado. Y, para Harry, la verdad era que aún pensaba en Draco todos los días, aunque intentaba ignorarlo.

En la sala común, Ginny se acercó a Harry, su presencia calmante en medio de su ansiedad.

-Harry, ¿estás bien?-preguntó ella suavemente, colocándose frente a él, observando cómo Harry apenas la miraba.

Harry, con una sonrisa forzada, asintió.

-Sí, Ginny, Todo bien-

Ginny, viendo que Harry no estaba del todo convencido, tomó su mano.

-Si te sientes raro, puedes hablar conmigo, No tienes que esconder nada-

Harry apretó su mano, agradecido por su comprensión, pero sabía que había algo dentro de él que no podía compartir. Algo que ni siquiera él entendía completamente.

El vínculo con Draco era complicado, confuso, y aún no lo había superado del todo.

Mientras tanto, en las aulas de Defensa Contra las Artes Oscuras, Draco se veía tan desinteresado como siempre.

Aunque sus amigos lo notaban más callado, Draco seguía siendo el mismo.

Su arrogancia estaba intacta. Pansy y Blaise lo miraban desde su mesa, algo sorprendidos por la falta de conflictos en su vida.

-¿Sabías que Potter ha estado algo raro últimamente?-comentó Blaise en voz baja, mientras miraba a Harry desde la esquina del ojo.

-Sí, lo he notado, pero ¿qué se puede esperar? Después de todo lo que pasó, supongo que...-Pansy frunció el ceño. Aunque no lo admitía, le preocupaba ver a Harry tan decaído.

Draco no hizo caso, como siempre.

-Es su problema, no tengo por qué preocuparme por él-

Pero a pesar de sus palabras, una parte de Draco se preguntaba si Harry estaba bien.

Si las marcas de su relación seguían dejando huellas.

Tal vez no lo admitiría en voz alta, pero la verdad era que a Draco le preocupaba.

Sin embargo, no era algo que pudieran discutir, no en público, no en ese ambiente tan tenso.

Un par de días después, Harry caminaba por los pasillos de Hogwarts con Ginny, que le hablaba animadamente sobre el partido de Quidditch que se celebraría al día siguiente.

Harry asentía a sus palabras, aunque su mente seguía vagando, buscando alguna excusa para ir a los terrenos de la escuela, para estar solo.

De repente, un fuerte gruñido lo interrumpió.

-¡Potter!-Era Draco, parado frente a él en el pasillo, con una mirada que no podía disimular su irritación.

Harry se detuvo en seco, y Ginny se quedó atrás, un poco sorprendida por la repentina aparición de Draco.

-¿Qué quieres, Malfoy?-Harry no pudo evitar el tono de molestia que se le escapó.

-Solo quiero hablar contigo-Draco se acercó a Harry con pasos firmes, pero no tocó el tema directamente, en cambio, su tono era bajo y cargado de tensión- La marca, ya está casi desapareciendo-

Harry tragó saliva, no quería parecer demasiado afectado.

-¿Y qué quieres que haga al respecto, Malfoy?-

Draco lo miró fijamente, sus ojos reflejando algo que Harry no pudo identificar completamente.

¿Era tristeza? ¿O era simplemente el mismo Malfoy de siempre, manteniendo las distancias?

-Nada. Solo...-Draco vaciló, y por un segundo, el hielo en su mirada pareció derretirse-Solo quería que lo supieras-

Harry asintió, su pecho apretado.

-Lo sé, Y me alegra que estés bien-

Pero las palabras se quedaron atrapadas en su garganta, como si algo más quisiera salir.

Ginny, que había estado observando toda la conversación en silencio, tomó la mano de Harry y le susurró:

-¿Nos vamos?-

Harry asintió, lanzando una última mirada a Draco antes de seguir a Ginny.

Pero en su pecho, algo seguía latiendo, y no estaba seguro de qué tan bien lo estaba manejando.

Draco, por su parte, se quedó mirando su espalda. Su corazón latía fuerte, pero no por las razones que Harry pensaba.

𝓗𝓪𝓻𝓬𝓸-𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora