-¿Quién es mi Omega? -gruñó Harry, su voz grave, ronca, con un filo de amenaza en cada palabra.
Draco no respondió de inmediato, su orgullo luchando contra su cuerpo.
Entonces un dedo lo rozó justo ahí, provocándole un espasmo que lo dejó sin aire...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Harry despertó de golpe.
El mundo giraba, su cuerpo estaba caliente, y su garganta... ¿por qué no podía gruñir? Trató de hablar, pero algo lo presionaba. Fue entonces que lo notó.
Llevaba un bozal mágico.
-¿Qué carajos...?-intentó decir, pero solo salió un quejido grave y frustrado.
Estaba en una habitación desconocida, con hechizos de contención, una runa de supresión de feromonas brillando en el techo.
Y lo peor... Malfoy no estaba allí.
Harry forcejeó, los músculos tensos, sudaba, su mirada jade brillando como si hubiera vuelto a entrar en estro.
Su Omega no estaba cerca.
Estaba inquieto.
Agitado.
La puerta se abrió con un chirrido. Snape entró, con su túnica negra y esa expresión de "¿otra vez tú?"
-Al parecer, el niño que vivió también es el alfa que casi incendia la enfermería con sus feromonas-ironizó con calma.
Harry le gruñó, fuerte, feroz.
El bozal brilló como advertencia.
-Oh, no intentes intimidarme, Potter. Ya pasé tres celos de Alfas siendo un Beta, tengo más cicatrices por eso que por la guerra.
(Tremendo)
Harry lo miró con odio. Su pecho subía y bajaba con fuerza.
-Relájate, Malfoy está bien, solo inquieto, Pomfrey le dio un baño, una poción para la fiebre y lo encontró desnudo, Tú estabas visti... medianamente vestido-
Snape lo miró con una ceja alzada.
-Él claramente hizo un nido, tú te metiste en él. Lo arrullabas como si fueras un peluche , hubo plumas, muchas plumas, Potter-
Harry gruñó más fuerte, hasta que el bozal soltó un zumbido eléctrico. Snape chasqueó la lengua.
-Nos vimos obligados a separarlos, las feromonas tuyas estaban tan potentes que hicieron que Madam Pomfrey sangrara por la nariz, casi colapsa. Y Malfoy... bueno, no paraba de reclamar que quería su Alfa. Muy irritante-
Harry intentó decir algo, y Snape suspiró, removiendo el bozal con un gesto rápido de varita.
-Si gritas, te lo vuelvo a poner -advirtió.
-¡¿Dónde está?! ¡Quiero verlo! Lo necesita... ¡yo lo necesito!-
Snape se cruzó de brazos.
-Malfoy está descansando. No quiere hablar contigo todavía, dice que lo dejaste solo por dos días y que no le gustó nada. Es orgulloso, ya sabes. Aunque preguntó cuántas veces tienes que lamerle la marca para que sane perfecto... con tono muy serio, por cierto-