V.Helado

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El sonido de la alarma me sacó abruptamente del sueño. Parpadeé varias veces antes de recordar por qué la había puesto tan temprano.

Tenia juego el dia de hoy.

Con un suspiro, me estiré en la cama y luego me obligué a levantarme. La casa estaba en completo silencio, lo que significaba que los demás aún dormían o simplemente no querían levantarse.

Me cambié rápidamente, poniéndome el uniforme de tocho, y me recogí el cabello en una coleta alta. Cuando bajé a la cocina, encontré a Miguel ya listo, sentado en la mesa mientras comía un plato de cereal.

—Mira nada más, la dormilona madrugó —comentó con una sonrisa burlona.

Rodé los ojos y abrí el refrigerador para sacar algo rápido de desayunar.

—Si no tuviera partido, créeme que seguiría dormida.

—Eso lo sé. —Se encogió de hombros y tomó su vaso de jugo—. Pero bueno, hay que ir con todo hoy, que este partido es importante.

—¿Tú crees que nos vaya bien? —pregunté mientras me preparaba un pan con crema de cacahuate.

—Obvio. Mientras no la riegues, claro.

Le lancé una mirada fulminante, pero él solo se rio.

—Muy gracioso, Miguel.

—Es mi talento. —Se levantó de la mesa y dejó su plato en el fregadero— Anda, apúrate.Mamá  nos lleva en quince minutos.

Apuré mi desayuno y fui por mi mochila. Aún tenía un poco de sueño, pero en cuanto pisara el campo, la adrenalina haría el resto.

El trayecto en el auto fue relativamente corto. Miguel y yo íbamos en silencio, cada uno mentalizándose para el partido. Mamá, como siempre, nos deseó suerte antes de dejarnos en la entrada del campo.

Apenas bajé del auto y me colgué la mochila al hombro, divisé a nuestro grupo de amigos cerca de las gradas. Malia y Isabella estaban sentadas, probablemente esperando a que empezáramos el calentamiento, mientras que Alex y Malachi jugaban a lanzarse un balón de manera desganada. Mason y Dior estaban un poco más allá, platicando sobre algo que parecía bastante interesante, porque Dior movía las manos con emoción y Owen solo estaba sentado.

—¡Katherine, Miguel! —gritó Isabella al vernos llegar—Por fin, pensé que no iban a venir.

—¿Y perderme la oportunidad de verte hacer corajes cuando el árbitro marque algo en contra? —respondí con una sonrisa burlona— Jamás.

—Jaja, qué graciosa.

—Ey, ¿listos para ganar? —preguntó Owen, acercándose con una botella de agua en la mano.

𝐇𝐎𝐖 𝐓𝐎 𝐂𝐎𝐍𝐐𝐔𝐄𝐑 𝐈𝐓-𝗢𝗪𝗘𝗡 𝗖𝗢𝗢𝗣𝗘𝗥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora