Vi a papá caminar con paso firme hacia la puerta como si fuera su deber patriarcal. No, no, no.
—¡Yo abro! —dije con una sonrisa nerviosa, adelantándome un par de pasos.
Papá se detuvo, me miró con esa expresión de “sé lo que estás haciendo” y levantó las manos en señal de rendición.
—Está bien —dijo con una sonrisa ladeada—. Solo no tardes mucho.
Y con eso, se dio media vuelta y se fue hacia el patio con los demás. Respiré hondo. Muy hondo. Como si con ese respiro pudiera calmar el caos interno que tenía en el pecho. Me pasé una mano por el cabello, intentando alisar los mechones rebeldes, y compuse una sonrisa lo más natural posible. Relajada. Tranquila. Nada de qué preocuparse, ¿verdad?
Abrí la puerta.
Y ahí estaba Ryan.
Con su camisa blanca remangada hasta los codos y jeans oscuros. Su cabello rubio algo revuelto, como si se lo hubiera peinado con los dedos, y esa sonrisa suya que siempre lograba que me olvidara de respirar un segundo. Guapo. Guapo como siempre.
—Hola —dijo, y antes de que pudiera decir algo, se inclinó y me dio un beso rápido en los labios.
¡Oh, Dios! ¡Santo cielo! Siento que hasta las pestañas me temblaron. ¿Por qué me puse tan nerviosa? ¿Por qué me siento como una adolescente en su primera cita? Bueno… porque lo soy. Técnicamente.
—Hola —respondí, algo atolondrada, y me hice a un lado—. Pasa, ya están todos en el patio.
Él dio un paso dentro de la casa y miró alrededor como si se estuviera preparando para un examen oral sorpresa.
—¿Llegué a buena hora? —preguntó con su voz suave, pero con ese tono de “por favor dime que no me van a interrogar en grupo”.
—Sí, sí, justo a tiempo —respondí, forzando una sonrisa tranquila—. Te están esperando... con ansias.
Ryan levantó una ceja.
—¿Con ansias o con ganas de matarme?
Me reí, pero fue esa risa nerviosa que suena como si te estuvieras tragando el miedo.
—Una mezcla de ambas. Pero tranquilo, ya les hablé de ti... un poco.
"Un poco" significaba que les dije que existías y que por favor no te hicieran llorar. Eso contaba, ¿no?
Lo miré un segundo más, admirando lo tranquilo que parecía. Aunque no sé si era tranquilidad real o fingida. Yo, por mi parte, sentía que estaba por presentar a mi novio en una junta con los Vengadores versión "Familia sobreprotectora".
Guié a Ryan por el pasillo como si lo estuviera llevando al matadero. Ok, no, no tanto… pero casi.
El patio estaba decorado con luces, la mesa llena de cosas ricas y todos reunidos como si estuvieran en una escena de comercial familiar. Solo que en lugar de sonrisas cálidas, todos estaban en modo “evaluación intensiva”. Las miradas se clavaron en nosotros apenas cruzamos la puerta, como si de pronto todos se hubieran quedado sin pestañear.
Ryan sonreía. O al menos lo intentaba… hasta que sus ojos se posaron en Nolan.
Sentí cómo se tensaba a mi lado, y antes de que pudiera disimular, se inclinó hacia mí y murmuró:
—¿Qué hace él aquí?
No necesitaba mirar para saber a quién se refería.
—Mi papá lo invitó —susurré de vuelta, como si estuviéramos conspirando—. Él siempre pasa los domingos con nosotros. Desde que eramos niños.

ESTÁS LEYENDO
Eres para mí ♡ [Completa]
Teen FictionOlivia Hall siempre ha soñado con un amor como el de sus padres: intenso, verdadero y capaz de superar cualquier obstáculo. Por eso, cuando Ryan, el chico más popular del instituto, empieza a demostrar interés en ella, Olivia cree que por fin ha enc...