Capítulo 7

3.3K 224 81
                                        

La casa olía a lasaña recién horneada, esa que mamá solo preparaba cuando quería animarnos a todos… o cuando quería suavizar una situación.

Estábamos todos sentados en la mesa: papá en su silla de siempre, al frente, con su vaso de jugo en la mano y su expresión relajada; mamá a su lado, sirviéndose una segunda porción con una sonrisa misteriosa en los labios. Hunter y Logan entretenidos con su comida. Y yo… yo solo podía revolver la comida con el tenedor, sintiendo mariposas salvajes rebotando dentro de mi estómago.

Mi mirada iba de mi plato a la cara de mi padre, y luego a mamá, que me lanzó una mirada cómplice. Ella sabía lo que se venía. Lo habíamos hablado unas horas antes, y como siempre, estaba lista para respaldarme.

—Esta lasaña te quedó deliciosa, amor —dijo papá, sonando satisfecho mientras limpiaba la salsa de su plato con un pedazo de pan—. ¿Qué celebramos hoy?

—Nada, solo que nuestra pequeña ya no es tan pequeña —respondió mamá con una sonrisa significativa, dándome una mirada rápida por encima del vaso de agua.

Mi padre frunció el ceño por una fracción de segundo.

—¿Y eso qué significa? —preguntó, tomando otro bocado.

—Significa que el tiempo pasa volando —dijo mamá, manteniendo su tono ligero—. Olivia ya está grande, ¿no crees? Ya está por graduarse, es responsable, inteligente… una joven maravillosa.

—Sí, sí, lo sé —respondió papá con orgullo, sin notar todavía el subtexto de mamá—. Mi niña siempre será maravillosa.

Mamá me guiñó un ojo. Yo, por otro lado, sentía que me iba a derretir en la silla. No sabía si era por los nervios o por el horno que aún seguía encendido.

—Además —siguió mamá con toda la sutileza del mundo—, es normal que a su edad quiera compartir ciertas cosas con nosotros. Vivencias, emociones… personas especiales.

Papá alzó una ceja mientras bebía un trago.

—¿Personas especiales?

—Sí, ya sabes, amistades, conexiones nuevas, esas cosas que uno experimenta a los diecisiete…

Yo estaba a punto de explotar. Mamá era buena con las indirectas, pero papá era un radar emocional: apenas oliera algo sospechoso, sabría que había algo que no estábamos diciendo. Y ahí estaba yo, sudando frío, sintiéndome como si estuviera a punto de confesar un crimen.

Tomé aire, llenando mis pulmones de valentía, y solté el tenedor. Mis manos estaban un poco húmedas, pero ya no podía seguir alargando esto.

—Papá… —mi voz sonó más temblorosa de lo que quería, así que carraspeé y lo intenté de nuevo—. Tengo algo importante que decirte.

Mi padre levantó la mirada de su plato, con la expresión tranquila de siempre, pero en cuanto notó mi tono serio, se acomodó en la silla, prestándome toda su atención.

—Te escucho, hija.

Antes de que pudiera abrir la boca, una risita interrumpió el momento.

—Esto se va a poner muy interesante —murmuró Logan con una sonrisa burlona, apoyando la cabeza en sus manos como si estuviera viendo su programa favorito.

Lo fulminé con la mirada, pero él solo me devolvió una sonrisa inocente. Resistí el impulso de lanzarle un pedazo de pan y volví a centrarme en mi padre.

—Lo que quiero decir es que… —hice una pausa y miré a mamá, quien me dio un asentimiento de aliento—. Tengo novio.

Silencio absoluto.

Eres para mí ♡ [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora