28. Vietnam II

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Capítulo 28
Vietnam II

Nunca antes alquilar una moto había sido tan difícil. Lo de que las casas sean tiendas a la vez complica la situación, al parecer. Los vídeos que han grabado los chicos mientras Kruffy y yo editábamos lo demuestran. Se han tenido que recorrer medio Vietnam antes de por fin dar con el sitio correcto.

No es como cuando estuvimos en Bali, que tosías y de pronto había siete locales ofreciéndote el vehículo.

Que buenos recuerdos tengo de Bali. La villa, la fiesta, las cascadas, un beso curioso viendo buscando a Nemo.

—Son unos irresponsables.—me he dado cuenta de que el catalán es bastante ansioso. Es como si Jopa y Borja se mezclarán en una sola persona, pero sin la parte de ñas bromas.

No porque no sea gracioso, sino porque su sentido del humor es curioso. Le hacen gracia los memes de shit post y las teorías liluminati.

He escogido no preguntar.

—¿En general o ahora?—en realidad quiero preguntar: ¿Ahora te das cuenta? Pero creo que no aporta mucho.

—¿Tú estás viendo cómo conducen? Si Adri tiene carnet de hace menos de un mes.—hago los cálculos en mi cabeza.—Bueno un poco más. Y encima sin casco.

—Qué poco confías en ellos.—niego con la cabeza.

—¿Tú si?—la verdad es que tampoco.

El chico me cae bastante bien, y pilla las cosas de editar rápido, tal y como me dijo anoche Adri. Aun así, sé que nadie ni nada va a superar al dúo original. Iglesias y yo somos imbatibles. Las conversaciones con Kruffy no son tan interesantes, ni mucho menos igual de saladas.

Puede ser porque Adri y yo siempre estábamos ligando. Todo el rato, además. Más salidos que el pico de una mesa.

Unas horas más tarde vuelven los chicos. El plan de la noche es ir a navegar por un río en unas barcas tradicionales.

El tema de la moto me da bastante respeto, no os voy a engañar. Conduzco desde hace unos años, por lo que no me debería dar miedo. Pero no tengo ninguna gana de estrellarme y volverme un huevo roto.

No sé, no me veo conduciendo una por el centro de la ciudad. Como muchas otras cosas, solo está en mi cabeza la ansiedad. Y aun así es limitante.

Tengo que dejar de comerme el coco, sinceramente.

Puede que mañana, cuando estemos viajando por las montañas y haya una fracción del tráfico, me atreva. Pero hoy no.

No es el día amigos.

—Frena que nos matamos.—tiro de la camiseta de Dani con todas mis fuerzas. Ha sido él quien se ha ofrecido a llevarme a mí. Erra y Juan han descartado la opción al instante, los muy inútiles.

El editor no era viable porque al parecer es muy inestable subido a una cosa de dos ruedas, de Borja soy yo la que no se fía un pelo y el cámara me ha pedido amablemente que no vaya con él que se agobia.

En fin, que, aunque yo ya quisiera el destino me ha confirmado que tenía que ir con Plex. Las risitas de Borja y Jopa cuando me he subido con el youtuber han sido cero disimuladas, al nivel de que Adri ha tenido que toser para conseguir que se callen.

Me siento un paquete, en el asiento de detrás. No llevamos casco, por desgracia, y el viento descoloca los pelos cortitos de mi frente. Me he recogido el cabello en una coleta, pero la velocidad ha hecho que algunos se escapen.

Dani conduce con confianza por las calles, pese a que las direcciones se las da google maps y de cuando en cuando algún peatón. Menos mal que me tiene a mí para que le traduzca lo que dicen y le haga de intérprete cuando no es capaz de comunicarse.

Cien Noches | YosoyPlex y AdridobylusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora