Secretos que pesan más que los suspiros, dos corazones agonizantes anhelando ser salvados, aquellos corazones heridos que buscan una cura, al otro.
Unidos por una conexión que desafía las barreras del tiempo, descubren que el amor puede florecer in...
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Suena: It will rain - Bruno Mars.
-¿Vas a verla otra vez? -pregunta mi madre al verme salir de mi habitación. Escurrí el agua de mi cabello y acomodé mi camiseta mientras seguía mi camino en dirección a la puerta.
-Si -corté la plática antes de que comenzara. Tomé las llaves y cuando esta cerca de la puerta volvió a hablar.
-¿Cómo está Mike? -mi cuerpo se tensó ante la pregunta.
-Mejor desde que no está contigo.
-¿No quiere verme...? -no lo creo, ¿enserio acababa de hacerme esa estúpida pregunta?
-Mamá, ¿es enserio? ¿crees que Mike quiere volver a pasar por esta mierda que llamas "vida" luego de ver lo que es una verdadera madre junto a Ashley? -solté harto de todo esto. La mire sobre el hombro y salí del departamento sin mirar atrás. El azote de la puerta retumbó en todo el edificio pero no le tomé importancia. En cambio, me tragué las lágrimas y seguí mi camino sin mirar atrás.
Bajé las escaleras de manera descuidada tropezando con mis pies varias veces. El auto que me había regalado mi padre yacía en la entrada esperando por mi.
No sé en qué momento lo había traído. De seguro Alan me trajo en el. Dispersé mis pensamientos y me monté en el auto. Estrellé mi cabeza en el volante ocasionando que el clapson suene una y otro vez.
Estaba agobiado, pero no podía dejarme vencer ahora. La necesito, y voy a ir por ella.
Arranqué el auto y me dirigí al hospital, en donde se encuentra la causante de este remolino sin fin de emociones agonizantes que formaban un huracán en mi interior.
El hospital.
Aquél edificio se encontraba frente a mis ojos esperando a que yo entrara para romperme el corazón. Porque eso era lo que pasaba, yo me rompía el corazón solito.
Respiré hondo varias veces antes de bajar del auto y dirigirme a aquella situación que me estaba agotando. Arrastrar mis pies hacia el edificio era agotador, porque iba en contra de lo que quería, «que era huir», pero llevar a rastras mi corazón era mucho más agobiante.
En un parpadeo tenía a Sam frente a mi. En su camilla, dormida y agotada... pero seguía siendo totalmente hermosa.
-He pasado todos estos días tratando de mantenerme distraído para no pensar en la simple idea de que pudieras olvidarme -reí amargamente. El nudo que traía en el estomago comenzaba a escalar hacia mi garganta empezando a cortar el espacio en donde se encontraba almacenado mi oxígeno-. No lo hacía porque no quería pensar en ti -le aclaré como si pudiera oírme -, no, lo hice porque no quería sentarme a llorar hasta quedarme sin aire por no saber como soportar todo el dolor que me provoca la simple idea de tener que dejarte ir.