Capítulo 54

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Sin esperanzas.

"Te va a destruir de la manera más bella

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"Te va a destruir de la manera más bella. Y cuando se vaya, finalmente entenderás por qué los huracanes tienen nombres de personas".

Mario Benedetti.

Corrí y corrí sin destino alguno. Buscaba consuelo para aquél corazón lleno de dolor y agonía. Aquél corazón que había sido herido por lo que más tanto amaba.

Aquél corazón herido por amor.

Aquél corazón herido... por el amor de su vida.

Las palabras dolían, pero las palabras no dichas duelen aún más.

Sin darme cuenta llegué hasta un puente. Mi pulso se disparó hasta no dar más. Me acerqué hasta el borde y me puse de puntillas.

Jamás creí que llegaría a hacer esto. Nunca creí ni siquiera intentarlo... o pensarlo.

Pero ahí estaba.

Y lo hice.

—¡¡¿POR QUÉ?!! —grité tan alto como pude en dirección al cielo. No me importaba si alguien me veía. Necesitaba librarme de aquello que estaba sintiendo. Si no lo hacia iba a acabar conmigo—. ¿Por qué? —susurré con la poca voz que me quedaba—. No es justo, es la única puta persona en todo el maldito mundo que ha aprendido a amarme de verdad... no puede ser la única persona en amarme y olvidarme a la vez —volví a gritar—. ¿Por qué ella? -dije en un hilo de voz antes de caer al suelo completamente acabado. Me dejé ganar. Dejé que el miedo se apoderase de mi. Dejé que mis esperanzas se disiparan. La única vez que había querido luchar con el abismo fue cuando ella estaba a mi lado. Ahora que no la tenia... me había rendido.

Era la primera vez que quería luchar.

Y lo hice, pero no pude ganar, no pude porque no estaba ella.

La necesitaba. La necesitaba para vivir, para respirar, para ser feliz. La necesitaba conmigo, para luchar. La necesitaba para luchar por ella.

Arrastré mis pies a quién sabe donde.

El sonido del mundo estaba opacado por el llanto de mi corazón.

Caminé sin destino con el alma hecha pedazos. Las lágrimas en mis ojos eran abundantes, parecía que no iban a terminar jamás.

Nunca había querido mostrarme débil ante nadie.

Nunca había llorado frente a otra persona a excepción de Mike, mi padre y...

El simple pensamiento en ella me volvió a descomponer y me quebré nuevamente. Caí al suelo de rodillas, sentía que todos me miraban, pero no me importaba. Ya nada tenía sentido ahora.

—|Por favor —dije intentando que aquella figura celestial pudiera oírme —devuélvemela... quiero estar con ella —dije en un hilo de voz que me desgarraba la garganta—, la necesito.

Una Ilusión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora