𝗘𝗣. 26

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—  🍂  ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴏɴ

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— 🍂  ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴏɴ

El ambiente en Forks se había vuelto tenso. La noticia de que un ejército de neófitos se dirigía hacia ellos había caído como un balde de agua fría sobre la manada y los Cullen. Nadie estaba a salvo. Nadie podía bajar la guardia.

Los lobos y los vampiros entrenaban sin descanso, preparándose para lo inevitable. Sam había dejado claro que la prioridad era proteger a Kalani. Pero debía cuidar también de la manada y a los humanos inocentes, incluyendo a la chica Swan.

Ellas dos eran las piezas clave en todo esto. Bella, por su conexión con los Cullen. Kalani, por ser la cantante de Victoria.

La tensión en el aire era casi insoportable.

Kalani había intentado mantenerse fuerte, pero no podía ignorar la preocupación en los ojos de Paul cada vez que la miraba. Lo sentía en la forma en que la sujetaba un poco más fuerte cuando la abrazaba, en la manera en que sus labios se demoraban más en su frente, como si cada beso fuera una promesa silenciosa de que no dejaría que nada le pasara.

Ella confiaba en él, en la manada, en su hermano. Pero el miedo era difícil de ignorar.

- No va a pasar nada - Le aseguró Paul una noche, mientras la tenía entre sus brazos.

Kalani suspiró, acurrucándose más contra él.

- No me gusta sentirme como un premio de guerra. Algo increíblemente pequeño y frágil.

- No lo eres... Eres mi vida.

Paul lo dijo con tanta certeza que Kalani sintió que su corazón se detenía por un segundo.

Toda la semana los entrenamientos continuaban, las estrategias se refinaban, y la batalla se acercaba cada vez más.

La noche antes de la batalla, el aire estaba frío y pesado, una calma inquietante que envolvía a Forks. Los Vullen ya habían elegido el lugar de la batalla, y necesitaban que el aroma de las chochas estuviera ahí.

La parte difícil fue encontrar la manera de que los vampiros no pudieran rastrearlas pasando aquel territorio, y no había mayor solución que ocultar sus olores con los de la manada.

Los dos lobos, las dos humanas y un vampiro se encontraban en el claro del bosque, lejos de la seguridad de las casas y de la mirada de los demás, los cuatro se reunieron.

Jacob, con su figura cada día más alta, le dio a Bella la seguridad de que estaría a salvo, mientras Paul levantaba a Kalani en sus brazos con la misma devoción que siempre, pero con una fuerza palpable en sus movimientos.

Kalani rodeó su cuello con los brazos, su rostro contra el pecho de Paul, buscando consuelo en el latido de su corazón. La batalla estaba cerca, y a pesar de su confianza en él, su mente no podía evitar aferrarse a las imágenes de todo lo que podría perder.

𝗣𝗥𝝝𝗧𝗘𝗖𝗧𝗜𝝝𝗡  |  ᴾᴬᵁᴸ  ᴸᴬᴴᴼᵀᴱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora