឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵ ឵឵឵឵឵ ⩇⩇ . ┊ TERMINADO - 𝐔𝐍𝐇𝐎𝐋𝐘

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Todo su cuerpo temblaba de placer excitante, sus gemidos llenaron la habitación mientras In-ho continuaba su ritmo implacable. Podía sentir cómo su orgasmo aumentaba, el calor dentro de el alcanzando un punto álgido. El Alfa se inclinó, sus dientes se hundieron en el hueco de su cuello, marcándolo como suya.

Gi-hun se hizo añicos, su orgasmo se estrelló sobre el en intensas olas. Su cuerpo se convulsionó bajo In-ho, sus paredes internas se apretaron alrededor de su pene. Pero el no mostraba signos de detenerse, sus caderas seguían moviéndose, su gruesa polla arrastrando sus sensibles nervios y prolongando su placer.

Mientras el yacía allí, temblando y jadeando, el alfa bajó la cabeza y capturó uno de sus pezones en su boca. Chupó con fuerza y su lengua se arremolinó alrededor del pico endurecido, enviando sacudidas de electricidad directamente a su coño. Su otra mano pellizcó y rodó su pezón descuidado, aumentando las sensaciones abrumadoras.

— ¡In-ho! —exclamó Gi-hun, agarrando su pelo con las manos, sosteniéndolo contra su pecho—. Es demasiado...

Pero no cedió a sus protestas. Cambió a su otro pezón, dándole el mismo tratamiento mientras continuaba golpeándolo. Su ritmo implacable y la intensa estimulación de sus pezones empujaron al límite al Omega una vez más. El gritó, su cuerpo se arqueó en la cama mientras otro orgasmo lo atravesaba. Las lágrimas corrían por su rostro, su mente abrumada por la pura intensidad del gozo.

El Alfa gruñó contra su pecho, sus embestidas se volvieron más erráticas, más desesperadas. — Eres tan caliente  — jadeó, levantando la cabeza para mirarlo.

Volteó al Pelirrojo sobre sus manos y rodillas, las suyas agarraron sus caderas con fuerza. Lo atrajo hacia atrás, su gruesa longitud se deslizó profundamente en el otra vez. Gi-hun gimió en voz alta, su rostro presionado contra la almohada, su cuerpo temblando de la excitación.

— Sabes que la vista aquí es tan hermoso — gruñó In-ho, sus caderas golpeando su culo con cada fuerte embestida.

Su mano se extendió a su alrededor, encontrando su clítoris y frotándolo en círculos apretados. Los gemidos del menor se convirtieron en gritos, su cuerpo se retorció debajo de él. Podía sentir cómo se formaba otro orgasmo, sus paredes internas se apretaban alrededor de la longitud de In-ho.

El nudo de In-ho se hinchó rápidamente, encerrándolo dentro del apretado calor de Gi-hun. Echó la cabeza hacia atrás acompañado con un rugido de placer que le arrancó de la garganta mientras su orgasmo lo golpeaba como un tren de mercancías. Tiras calientes y gruesas de semen se depositaron dentro de la vagina de Gi-hun, llenándolo hasta el borde.

— ¡MIERDA! —gritó, moviendo las caderas espasmódicamente mientras se vaciaba dentro de el. Gi-hun solo pudo gemir, su cuerpo temblando con la fuerza de la liberación de In-ho. Podía sentir su semen rebosando y goteando alrededor de sus muslos.

Se desplomó completamente en la cama jadeando y temblando, con el nudo de In-ho todavía encerrado dentro de el, manteniendo su semen atrapado dentro de su vientre. Se sentía completamente sastifecho, completamente lleno.

In-ho se desplomó encima de el, con el aliento caliente contra su cuello. El Omega cerró los ojos, una mezcla de emociones se arremolinaba en su interior, el placer, el dominio, la sensación de ser verdaderamente deseado...era adictivo.

Mientras estaban ahí, con el nudo de In-ho desinflándose lentamente, la mente del Pelirrojo vagó hacia Jun-ho. Sintió una punzada de culpa, una punzada de arrepentimiento. Pero alejó esos pensamientos, enterrándolos profundamente dentro de sí mismo. No quería pensar en Jun-ho, no después de como lo había llamado. Lo único que importaba en ese instante era In-ho, el Alfa que siempre lo había deseado de verdad, que siempre había sabido cómo satisfacerlo.