Después de salir de la librería, Teresa sintió que necesitaba despejarse. El día había sido demasiado largo, y la constante mirada de los Cullen sobre ella solo la había puesto de peor humor. Caminaba con paso rápido, intentando ignorar el malestar que le producía el recuerdo de esos ojos dorados siguiéndola a todas partes.
Fue entonces cuando escuchó el rugido de un motor acercándose.
—¡Eh, Teresa! —llamó una voz masculina con entusiasmo.
Teresa levantó la mirada y vio a Jacob Black deteniéndose con su moto a unos metros de ella. Llevaba su típica sonrisa despreocupada y ese aire relajado que parecía rodearlo todo el tiempo.
—¿Qué haces por aquí sola?
Teresa suspiró y cruzó los brazos.
—Solo... vine a comprar unos libros —respondió sin mucho ánimo.
Jacob inclinó la cabeza, analizándola con curiosidad.
—Tienes cara de que necesitas un descanso. ¿Te llevo a dar una vuelta?
Teresa lo miró dudosa, pero después de todo el día sintiéndose observada y controlada, la idea de un poco de libertad sonaba demasiado bien.
—Está bien —aceptó finalmente.
Jacob le tendió un casco y ella se subió detrás de él.
—Sujétate —le advirtió antes de arrancar.
El viento frío de Forks golpeó su rostro mientras Jacob aceleraba por el camino. Teresa cerró los ojos por un momento, disfrutando la sensación de velocidad. No era como en su vida pasada, donde siempre estaba controlando cada paso que daba. Aquí, al menos con Jacob, sentía que podía respirar.
Después de un rato, Jacob redujo la velocidad y se detuvo cerca de un sendero boscoso.
—¿Qué tal? —preguntó con una sonrisa divertida.
—Fue... diferente —admitió Teresa, bajando de la moto con un ligero mareo.
Jacob se echó a reír.
—Te acostumbrarás.
Teresa le devolvió una media sonrisa y caminaron juntos hacia una banca de madera cercana.
—Entonces dime, ¿cómo estuvo tu primer día de regreso en la escuela? —preguntó Jacob, apoyando los brazos en sus rodillas.
Teresa suspiró, recordando la jornada.
—Estuvo bien, supongo... Aunque me incomodó algo.
Jacob alzó una ceja.
—¿Los chupasangre?
Teresa asintió con fastidio.
—No dejaban de mirarme. Todo el tiempo. Edward incluso estuvo en mi clase y no apartó los ojos de mí ni un segundo. Luego en la cafetería, los cinco me observaban como si fuera un fenómeno.
Jacob bufó con desdén.
—Siempre han sido raros, pero esto es demasiado. ¿Crees que sospechan algo?
Teresa frunció el ceño.
—No lo sé, pero si están esperando que me acerque a ellos... se van a quedar esperando. No quiero saber nada de ellos.
Jacob la miró con interés.
—No te culpo. Es raro que ahora te presten tanta atención cuando, según lo que me contaste, en tu otra vida nadie te trataba con tanta intensidad.

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Renacer en otra piel [CREPÚSCULO]
Fantasy-En proceso de reescritura- Cuando Teresa Chávez muere a manos de Fernando, su historia debería haber terminado. Pero en ese mismo instante, en un lugar muy lejano, Bella Swan también fallece, consumida por la depresión tras el abandono de Edward Cu...