Desde que fue dejado en un orfanato por Albus Dumbledore, desde ahí fue que el destino cambio su rumbo.
Fue adoptado por los Dursley, Petunia y Vernon Dursley, y ahora era el hermano adoptivo de Dudley Dursley. Pero preferían llevarse como primos...
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Hermione y Ron habían ido a llevarlos hacia el mundo muggle luego de que hablaran un buen rato, debían devolver a Harry y Dudley ya que no querían que Petunia o Vernon se preocuparan nuevamente por la "desaparición" de ambos chicos.
—Debo admitirlo, está tarde fue refrescante.
Con una toalla en mano, el azabache salía del baño. Recién se había duchado ya que necesitaba agua caliente para procesar la nueva información. Dudley estaba acostado en su cama, ya bañando, mirando el techo.
—Si, digo lo mismo.
Fueron las palabras del casi rubio, dejando de mirar la madera para voltear a ver a su primo. Había una duda que lo estaba carcomiendo, pero prefería no decir nada.
Harry frunció el ceño al ver como Dudley se removía incómodo, conocía lo suficiente a su primo como para saber que algo lo estaba molestando.
—Dud... ¿Qué pasa?
—No es nada, Harry. No te preocupes.
—Dud, no soy tonto. Se que algo te pasa ¿Si? Solo dímelo, sabes que puedes contarme lo que sea ¿No?
Dudley suspiró.
—Si lo sé...
—Entonces, ¿Que te impide decírmelo?
—......No es algo que debas tomar en serio, Harry, es solo que... Tengo miedo de que te encariñes con tus padres mágicos y biológicos y nos dejes a nosotros.
Admitió con tono triste, agachando la cabeza. La nostalgia recorriendo ambos cuerpos.
Pero, era obvio que Harry jamás lo dejaría por nada del mundo. Jamás se alejaría de su primo así el mundo lo quisiera.
—Dud....
Dijo en un susurró, acercándose al castaño para darle un abrazo y pequeñas palmadas en la espalda. Sus manos moviéndose en círculos.
Harry sabía que a su primo le costaba demasiado poder expresarse, este tipo de charlas solamente sucedían cuando el casi rubio se sentía mal de por si, lo que sucedia pocas veces.
Pero Harry siempre estaba ahí para sacarle la tristeza.
Y está vez, no sería lo contrario.
—Jamas los dejaría, por más que Elon Musk dijera que es mi padre y quiere que herede millones de dólares, jamás iría con ellos. Porque el dinero no es lo mismo que el amor que me dieron todos ustedes desde que estoy aquí, nada se compara con eso. Si millones de chef's profesionales quisieran cocinarme las mejores comidas yo les diría que no, porque nada se compara con la comida de mamá. Si un millón de personas quisieran jugar conmigo al Uno, yo les diría que no; porque nada se compará a jugar el Uno con papá. Y, por último, si millones y millones de personas quisieran ser mis primos; yo les diría que no porque ¿Para que tener un millon de primos si puedo tener uno que vale millones?
