Lisa terminó su cena en silencio, sintiendo la mirada de Jennie sobre ella todo el tiempo. Le incomodaba, pero al mismo tiempo no quería que se fuera.
Jennie, por su parte, disfrutaba verla. No lo admitiría en voz alta, pero cada vez le gustaba más la manera en la que Lisa fruncía el ceño cuando algo le incomodaba o la forma en que desviaba la mirada cuando no quería mostrar emociones.
Cuando Lisa dejó los cubiertos sobre la bandeja, Jennie se inclinó para tomarla y ponerla a un lado.
—¿Satisfecha? —preguntó Lisa con ironía.
Jennie sonrió con suficiencia.
—Mucho.
Lisa iba a decir algo, pero Jennie se acercó más, observando con atención el vendaje en su brazo.
—¿Duele? —preguntó con suavidad.
Lisa tragó en seco al notar lo cerca que estaba.
—No.
Jennie deslizó los dedos con suavidad por el borde de la venda.
—¿Segura?
Lisa sintió un escalofrío recorrer su espalda. Jennie estaba jugando, lo sabía.
—Jennie... —murmuró en advertencia.
—Shh —susurró Jennie, repitiendo lo que le había dicho antes—. Solo quiero asegurarme.
Lisa cerró los ojos un momento, intentando controlar su respiración. Pero Jennie no se lo estaba poniendo fácil.
—Te gusta hacerme perder la paciencia, ¿verdad? —murmuró Lisa, entrecerrando los ojos.
Jennie sonrió de lado.
—Solo me gusta jugar, Mr. General.
Lisa la fulminó con la mirada.
—No juegues conmigo.
—¿Y si quiero hacerlo?
—No deberías.
Jennie inclinó la cabeza, fingiendo curiosidad.
—¿Por qué?
Lisa apretó la mandíbula.
—Porque no me controlo tan bien como crees.
La sonrisa de Jennie creció.
—Eso quiero verlo.
Lisa no pudo soportarlo más.
En un movimiento rápido, la sujetó por la nuca y la atrajo hacia ella, atrapando sus labios con desesperación. Jennie soltó un pequeño jadeo, pero no se resistió. Al contrario, profundizó el beso, enredando los dedos en el cabello de Lisa.
El aire se volvió espeso, la tensión que habían construido por días explotando entre ellas. Lisa la sujetó por la cintura, acercándola más, haciéndola sentir el calor de su cuerpo.
Cuando Jennie mordió su labio inferior, Lisa gruñó y la hizo girar, atrapándola contra el colchón. Jennie sintió que su corazón latía con fuerza cuando Lisa la miró desde arriba, con la respiración entrecortada y los ojos oscurecidos por el deseo.
Lisa deslizó los dedos por su mejilla, bajando lentamente hasta su cuello. Jennie cerró los ojos, disfrutando la sensación.
—Dime que me detenga —susurró Lisa, con la voz ronca.
Jennie abrió los ojos lentamente y sonrió.
—No quiero que te detengas.
Lisa sintió que el último rastro de su autocontrol se desvanecía.

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Mr. General | JenLisa
FanfictionJennie, una joven egocéntrica y rica, se ve obligada a compartir su vida con Lisa, la implacable y fría militar y ahora su guardaespaldas asignada por sus padres. A medida que la protección se convierte en un juego peligroso de atracción y deseo, a...