Galletas

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Ben se separó del abrazo y le limpió las lágrimas. Addison estaba feliz por aquellas palabras, se sentía muy querida y apreciada, y el hecho de que también amara a su hermana la hacía emocionarse más. El vínculo que compartían parecía más fuerte que nunca.

—Bueno, debo hacer algunas cosas, ¿te portaras bien? —preguntó Ben con una sonrisa amistosa.

Addison asintió, sin querer interrumpirlo, y vio a Ben irse. Justo cuando estaba por entrar a su habitación, escuchó que alguien la llamaba.

—Addy.

Addison se dio la vuelta y se encontró con Lonnie, quien la miraba con una expresión amigable.

—Hola, Lonnie. ¿Qué te trae por aquí?

—Bueno, Jane me mandó a la cocina para buscar algunos muffins que se olvidó. Me preguntaba si querrías ir conmigo —dijo Lonnie, sonriendo.

—Claro, no tomará mucho tiempo, ¿no? Es que siempre duermo temprano.

—No, tranquila, será rápido.

Ambas fueron en dirección a la cocina, y durante el camino, ambas caminaban en silencio. Pero a Lonnie no le gustaba el silencio, así que decidió romperlo.

—Oye, he oído que eres muy cercana a Audrey —dijo Lonnie, mirando a Addison con curiosidad.

Addison tragó duro, pero Lonnie no se dio cuenta de su incomodidad.

—¿En serio? Bueno, supongo que lo somos —respondió Addison, intentando sonar relajada.

—¿Y te trata bien? No es por nada, pero dicen que Audrey no es la mejor compañía.

—Pues sí, es buena chica en el fondo —contestó Addison, aunque una parte de ella se sintió confundida al decirlo.

—Ya veo. —Lonnie se quedó pensativa por un momento antes de preguntar—. ¿Por qué la pregunta?

—Por nada. Es solo que... Audrey no tiene la mejor reputación. Ya sabes, es conocida por ser arrogante solo por ser la novia de Ben.

—Bueno, en realidad sí lo es, pero al parecer es diferente conmigo —respondió Addison, sintiéndose un poco más tranquila.

—Tal vez le agradas mucho —dijo Lonnie con una sonrisa, antes de agregar—. O tal vez te ve como una amiga real, y no solo por tu cercanía con Ben.

La conversación terminó ahí, ya que llegaron a la cocina. Cuando abrieron la puerta, se encontraron con cuatro chicos que se sorprendieron al verlas allí.

—¡Oh, Mal! Hola. Ahora que te encuentro, todas las chicas quieren que les arregles el cabello —dijo Lonnie con una sonrisa traviesa.

Mal solo rió, con una expresión algo divertida pero resignada.

—¿Tenían hambre? —preguntó Addison, al ver que los chicos estaban preparando algo—. ¿Qué hacen?

—Nada especial, en realidad —respondió Mal, mientras observaba cómo Lonnie probaba la mezcla.

Justo cuando terminó de hablar, Lonnie ya había metido el dedo en la mezcla para probarla.

—¡No! —dijeron los VKs al unísono.

Ambas chicas los miraron con curiosidad mientras Lonnie retiraba su dedo.

—¿Sientes algo? —preguntó Evie con una ceja levantada, claramente preocupada por la mezcla que Lonnie había probado.

—Tal vez le falta algo —dijo Mal, mirando fijamente la mezcla antes de agregar más ingredientes.

En ese momento, Jay se acercó coquetamente hasta Lonnie.

Entre La Corona Y El Mar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora