Jennie no era una persona paciente.
Si quería algo, lo obtenía. Y en este momento, lo que quería era la atención de Lisa.
Pero la muy terca no salía de su habitación.
Desde que regresaron de la tienda, Lisa se había encerrado sin cruzar palabra con ella. Jennie había esperado a que bajara a cenar, pero la general no apareció.
"Está evitando el problema", pensó con fastidio.
Pero lo que más le irritaba era que Lisa no la rechazó en el probador.
No la empujó. No la apartó.
Respondió a su beso.Y ahora actuaba como si no hubiera pasado nada.
—Cobarde... —murmuró nuevamente, mientras cenaba sola en la enorme mesa de la mansión.
Estaba frustrada.
Lisa la frustraba.
Cuando terminó, subió las escaleras con paso decidido y se paró frente a la puerta de Lisa. No iba a dejar que se escondiera.
Tocó dos veces.
Silencio.
Tocó otra vez.
Nada.
Jennie apretó los dientes y golpeó la puerta con más fuerza.
—¡Lisa, abre! Sé que estás ahí.
Nada.
Jennie se cruzó de brazos, irritada.
—Si crees que voy a dejarte en paz, Mr. General, estás muy equivocada.
Esperó unos segundos más.
Suspiró.
—Muy bien, me cansé. ¡Si no sales en cinco minutos, voy a entrar por mi cuenta!
Dicho esto, se giró y se dirigió a su habitación, pero justo cuando agarraba la perilla de su puerta, escuchó un chasquido detrás de ella.
Se volteó lentamente y vio a Lisa saliendo de su cuarto, vestida con una camiseta negra ajustada y pantalones deportivos.
Jennie tardó un segundo en reaccionar.
Porque demonios, Lisa se veía bien. Demasiado bien.
El problema era que su rostro seguía tan inexpresivo como siempre.
—¿Qué quieres? —preguntó Lisa con voz calma, pero firme.
Jennie se apoyó contra el marco de su puerta y la miró con una sonrisa ladina.
—Oh, ahora sí decides salir.
Lisa solo arqueó una ceja.
—Jennie...
—No me ignores —lo interrumpió ella con seriedad—. Si tienes algo que decir sobre lo que pasó, dilo.
Lisa apretó la mandíbula. Se veía tensa.
Jennie se cruzó de brazos y esperó.
Silencio.
La general bajó la mirada un instante antes de suspirar pesadamente.
—No debería haber pasado.
Jennie sintió un pequeño pinchazo en el pecho, pero no dejó que su expresión cambiara.
—¿Por qué no? —preguntó con calma.
Lisa se la quedó viendo por un momento, con el ceño levemente fruncido.

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Mr. General | JenLisa
FanfictionJennie, una joven egocéntrica y rica, se ve obligada a compartir su vida con Lisa, la implacable y fría militar y ahora su guardaespaldas asignada por sus padres. A medida que la protección se convierte en un juego peligroso de atracción y deseo, a...