Renacer en otra piel [CREPÚSCULO]

Capitulo 8

E decidido eliminar el capitulo que lleva por nombre (Datos). Asi que ya no lo encontrareis.

El vuelo de regreso a Forks transcurrió en un silencio tenso. Alice estaba sentada con las manos entrelazadas, en constante movimiento, como si intentara contener la ansiedad que sentía. Edward, por su parte, no dejaba de mirar a Bella con una expresión indescifrable, una mezcla de alivio, confusión y algo más profundo que ella no quiso analizar.

Teresa, en el cuerpo de Bella, permanecía impasible. Miraba por la ventana del avión, como si las nubes a su alrededor fueran más interesantes que el drama silencioso que la envolvía. No quería estar aquí, pero había tomado una decisión y la había llevado hasta el final. Ayudó a Edward porque Alice se lo pidió, nada más. Y ahora que todo había terminado, solo quería volver a su vida tranquila.

Cuando aterrizaron en el pequeño aeropuerto de Port Angeles, Edward no pudo contenerse más. Apenas bajaron del avión, se giró hacia ella con urgencia en los ojos dorados.

—Bella... —murmuró, como si no creyera que realmente estuviera allí.
Teresa alzó una ceja, sin inmutarse.

—No me llames así.
Edward pareció desconcertado, pero intentó acercarse. Extendió una mano, como si quisiera tocar su rostro, como si necesitara confirmar que ella era real. Pero Teresa dio un paso atrás antes de que pudiera hacerlo, dejando a Edward completamente sorprendido.

—No entiendo... —su voz era apenas un susurro—. ¿Cómo es posible que estés aquí? Tú... tú estabas...

—Muerta —completó Teresa con frialdad—. Sí, eso pensaste, ¿verdad? Pero como puedes ver, estoy aquí, viva y sin necesidad de que me salves.
Alice dio un paso al frente, con el ceño fruncido.

—Bella, ¿qué te pasa? ¿Por qué actúas así? ¿pensé que estabas bromeando con eso de que no nos recuerdas?

Teresa cruzó los brazos, con expresión imperturbable.

—No, no los recuerdo.. no recuerdo nada de ustedes. Y, para ser honesta, con lo poco que he visto y vivido hasta ahora, me doy cuenta de que mi vida con ustedes es un caos constante. Y no quiero eso. Quiero paz.

Edward la miró como si no entendiera lo que estaba escuchando. Su rostro, antes lleno de esperanza, se ensombreció.

—¿No nos recuerdas...? —susurró, casi para sí mismo.

Teresa suspiró, con una paciencia calculada.

—No, Edward. No los recuerdo. Pero tampoco me interesa hacerlo. Si te ayudé, fue solo porque Alice me lo pidió. No porque quiera tener algo que ver contigo o con tu familia. Y ahora que todo terminó, prefiero seguir con mi vida lejos de ustedes.

Alice la miró con una expresión que mezclaba incredulidad y determinación.

—Haremos que nos recuerdes, Bella. Tenlo por seguro.

Pero Teresa solo le dedicó una sonrisa fría antes de girarse y alejarse, dejando atrás a Edward y Alice, sumidos en un silencio incrédulo.

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Charlie Swan caminaba con paso apresurado por el aeropuerto de Seattle, buscando con la mirada a su hija. Hace horas había colgado la llamada cuando salió de inmediato hacia la ciudad. Bella le había dicho que regresaba y que la recogiera, su voz era firme, segura, muy distinta a la joven apagada que él recordaba.

Cuando finalmente la vio, sintió un nudo en la garganta. Bella avanzaba con paso decidido, su postura era erguida, su mirada tranquila, y lo más sorprendente: caminaba lejos de los Cullen.

Edward y Alice estaban unos metros detrás de ella, observándola con una mezcla de confusión y desconcierto, como si no supieran qué hacer o decir. Pero Bella no les prestaba atención.

Charlie no pudo evitar sentir una oleada de alivio. Durante meses había visto a su hija consumirse por el dolor de su partida, la había escuchado llorar en silencio en su habitación, la había visto vagar por la casa como un fantasma. Y ahora, verla así... diferente, fuerte, sin depender de ellos, le llenaba de un extraño orgullo.

Cuando Bella llegó hasta él, le sonrió levemente.

—Hola, papá.

—Bells... —Charlie la miró con detenimiento, aún sin poder creer lo que veía—. Pensé que..... te irías con ellos.

Bella soltó una pequeña risa.

—Ellos no son nada mio papá.

Charlie asintió, aún sin saber qué decir. Miró de reojo a los Cullen, pero Bella notó su gesto y negó con la cabeza.

—No te preocupes por ellos. No quiero estar relacionada con ellos en ningún sentido.

Charlie parpadeó sorprendido. No esperaba que Bella dijera algo así. Pero, en el fondo, se alegró. No porque odiara a los Cullen, sino porque le dolía verla sufrir por Edward. Si ese muchacho la había hecho cambiar tanto para bien al estar lejos de ella, tal vez era mejor así.

—Bueno, entonces... ¿lista para volver a casa? —preguntó.

Bella asintió con una sonrisa tranquila.

—Más que lista.

Sin mirar atrás, Bella y Charlie se dirigieron a la salida, dejando a los Cullen en el aeropuerto, aún en shock por todo lo que acababa de pasar.

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Si Teresa supiera que va a estar relacionada con el Líder de los Cullen osea Carlisle. 🤭