04

7.8K 877 75
                                        

Jennie revolvía su ensalada con el tenedor, sin mucho interés en comer.

Aún tenía la mente reviviendo la escena del ataque, pero se negaba a hablar de ello. Ni siquiera con Rosé y Jisoo.

—¿Por qué sigues jugando con la comida? —preguntó Rosé, tomando un sorbo de su jugo.

—No tengo hambre —respondió Jennie distraída.

Jisoo frunció el ceño y le dio un suave codazo.

—No me digas que es por la "gorila condecorada" que no puedes ni comer.

—¡Obviamente no! —Jennie rodó los ojos, pero luego miró de reojo hacia la entrada de la cafetería.

Lisa estaba ahí. Como siempre.

Pero esta vez, no estaba sola.

Una mujer alta, de cabello bien peinado y tacones elegantes, hablaba con ella. Jennie reconoció a la profesora Kang, de la facultad de Derecho.

Y la forma en que sonreía mientras inclinaba la cabeza hacia Lisa no le pasó desapercibida.

—Oh... —murmuró Jisoo con diversión—. ¿Qué tenemos aquí?

Jennie entrecerró los ojos.

Lisa mantenía su expresión seria, pero no se alejaba. La profesora Kang se reía con coquetería, tocando sutilmente el brazo de la general.

—Eso es inesperado —comentó Rosé, apoyando el mentón en su mano—. No pensé que Lisa atrajera a las profesoras.

Jennie hizo una mueca.

—Debe estar preguntándole sobre seguridad o algo así.

Jisoo sonrió.

—No parece que estén hablando de seguridad.

Jennie desvió la mirada con fastidio.

—No me interesa.

—Claro que no —canturreó Rosé con diversión.

Pero Jennie ya no estaba prestando atención.

Por alguna razón, la escena le molestaba más de lo que quería admitir.

...

Jennie no quería aceptarlo.

Pero lo notó.

Durante el resto del día, dondequiera que iban, Lisa atraía miradas.

En los pasillos.

En la biblioteca.

Incluso en el estacionamiento.

Las chicas la observaban con interés, algunas con descaro, otras con timidez. Y no las culpaba del todo.

Lisa medía al menos 1.75, lo que la hacía destacar sin esfuerzo. Su postura siempre recta y firme la hacía ver aún más imponente, y su uniforme militar solo añadía un aura de autoridad difícil de ignorar.

Pero lo peor eran sus rasgos.

Perfil perfecto. Mandíbula afilada. Ojos oscuros y penetrantes que parecían capaces de asesinar con solo mirarte.

Y aunque el uniforme no era ajustado, Jennie podía notar a simple vista que Lisa estaba bien ejercitada debajo de él.

—Tsk. —Jennie chasqueó la lengua, fastidiada consigo misma por siquiera pensarlo.

—¿Ya viste? —murmuró Jisoo, dándole un codazo a Rosé mientras pasaban junto a un grupo de chicas de tercer año.

—No pueden dejar de mirarla —susurró Rosé, observando cómo tres estudiantes de Medicina fingían revisar sus apuntes mientras echaban miradas furtivas a Lisa.

Mr. General | JenLisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora