Renacer en otra piel [CREPÚSCULO]

Capitulo 6

Cuando Teresa llegó a casa después de su primer día de clases, lo hizo con una sensación de triunfo. A pesar de las miradas curiosas y las constantes preguntas sobre su cambio de imagen y actitud, había logrado mantener el control de la situación, demostrando su confianza y carisma natural. Cada paso que había dado en los pasillos de la escuela había sido observado con atención, y ella lo sabía.

Le gustaba esa sensación de poder, de ser el centro de atención sin necesidad de pedirlo. Su ropa elegante, aunque sencilla, había marcado la diferencia. Su porte seguro y su manera de expresarse con soltura la distinguían de la Bella Swan que todos conocían. Ahora, era Teresa, y Teresa jamás sería una sombra.

Lo que más le agradaba era cómo había manejado la situación con los Cullen. No entendía del todo por qué la miraban tanto ni por qué los demás insistían en que antes ella pasaba mucho tiempo con ellos. Sin embargo, su instinto le decía que era mejor mantener distancia, al menos hasta entender mejor la situación. Algo en ellos le inquietaba, aunque no quería demostrarlo.

Cuando subió las escaleras hacia su habitación, se detuvo por un momento frente al espejo del pasillo y se contempló con satisfacción. Había logrado lo que se había propuesto: destacarse desde el primer día. Sabía que este era solo el comienzo, pero si algo había aprendido en su vida pasada era que la primera impresión lo era todo, y en Forks, ella había logrado causar una gran impresión.

Al bajar a la cocina, el aroma a comida casera la recibió con calidez. Charlie ya estaba sentado en la mesa, hojeando el periódico, pero al notar su presencia, levantó la mirada con una sonrisa.

—¿Cómo te fue en la escuela? —preguntó con interés, dejando el periódico a un lado.

Teresa se sentó frente a él con una expresión serena.

—Muy bien, mejor de lo que esperaba —respondió con naturalidad, sirviéndose un poco de la comida que Charlie había preparado.

Charlie la observó con curiosidad. No solo era su forma de vestir lo que había cambiado, sino también su actitud. La Bella que él conocía era más reservada, menos expresiva. Sin embargo, ahora la veía radiante, con un brillo en los ojos que antes no estaba ahí.

—¿Hiciste nuevos amigos? —preguntó, queriendo saber más.

Teresa asintió con una leve sonrisa.

—Sí, algunos compañeros se acercaron a mí. Fueron amables, así que creo que no tendré problemas en la escuela.

Charlie asintió con alivio.

—Eso es bueno. Me alegra que estés disfrutando tu regreso. Antes no parecías muy entusiasmada con la idea de volver a Forks.

Teresa bajó la mirada por un momento. Entendía lo que Charlie quería decir. La Bella original tal vez había odiado este lugar, pero para ella, Forks representaba una nueva oportunidad, una en la que podía reescribir su destino.

—Supongo que... necesitaba un cambio —dijo, eligiendo sus palabras con cuidado.

Charlie la miró por unos segundos antes de sonreír.

—Sea lo que sea, te veo feliz, y eso es lo único que me importa.

Teresa sintió un pequeño nudo en la garganta. Charlie le recordaba demasiado a su padre en su vida pasada. Un hombre de pocas palabras, pero con un amor incondicional por su hija. Por un instante, dejó de lado su ambición, sus planes, y solo disfrutó de la cena, sintiendo por primera vez en mucho tiempo que tenía un hogar al cual pertenecer.

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Luego de la cena, Teresa subió a su habitación con la intención de tomar un baño y relajarse después de su primer día de clases. Había sido agotador, aunque gratificante. Sonrió al recordar la atención que había recibido y la admiración en los ojos de muchos de sus compañeros. Si todo seguía así, pronto tendría la influencia que deseaba en la escuela.