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— 🍂 ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴏɴ
El sol empezaba a ocultarse tras los árboles cuando Kalani llegó a casa de Emily con Paul. La pequeña cabaña olía a leña y a especias, y la risa de la manada ya llenaba el ambiente. Estaban todos, menos Leah, Jacob y Seth, y la energía en el lugar era la misma de siempre: caótica, ruidosa y completamente desastrosa.
- Hoy cocinamos nosotros - Anunció Jared con orgullo, cruzándose de brazos.
- ¿Nosotros? - Se burló Quil - La última vez casi incendiamos la casa.
- Fue un accidente - Refunfuñó Embry, dándole un codazo.
Emily, con su paciencia infinita, les había dado una oportunidad. Pero Kalani ya sospechaba que nada bueno saldría de ahí.
Desde el sofá, ella y Emily observaban cómo los chicos se movían torpemente por la cocina. Sam intentaba coordinar todo, pero era una batalla perdida. Paul y Jared discutían sobre cuánto condimento echarle a la carne, mientras Embry y Quil peleaban por quién encendía la parrilla.
Kalani se cubrió la boca para esconder su risa cuando Quil casi derriba un frasco de especias.
- No sé qué es peor, que insistan en cocinar o que realmente crean que va a salir bien - Susurró Kalani.
Emily suspiró - Déjalos, así aprenden.
La morena alzó una ceja - ¿Tú crees que van a aprender?
Antes de que Emily pudiera responder, un sonido fuerte interrumpió la conversación. Algo había caído al suelo.
- ¡Embry! - Gruñó Sam con el ceño fruncido pero divertido.
- No fui yo, fue Quil.
- Mentiroso, fuiste tú.
Kalani negó con la cabeza, divertida. Se puso de pie y se acercó a la cocina, donde el desastre era más evidente de cerca. Un plato roto, carne quemada y un olor extraño en el aire.
- Está bien, ya basta - Intervino, cruzándose de brazos - Esto es un desastre, mejor pidan pollo frito antes de que incendiemos la casa de Emily.
Sam suspiró, admitiendo la derrota - Bien, pidamos pollo.
Jared y Quil celebraron como si hubieran ganado una batalla.
Minutos después, la comida llegó y la casa se llenó con el delicioso aroma del pollo frito. Todos se sentaron en la sala, comiendo entre bromas y conversaciones sin sentido.
- Aún creo que podríamos haberlo logrado - Murmuró Paul, dándole un mordisco a su presa.
Kalani lo miró con una ceja arqueada - Paul, casi haces explotar el sartén.
Él sonrió de lado, sin rastro de culpa - Detalles, princesa.