Capítulo 53

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Mente en blanco.

El silencio era abrumador

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El silencio era abrumador.

La sala se encontraba llena de una sombra en específico, la de él... La cuál comenzaba a desvanecerse poco a poco. Porque él se había marchado, dejando atrás las preguntas. 

Dejando atrás su olor. 

Dejando atrás su mirada de dolor. 

Dejándome atrás a mi. 

No sabia porque, pero me importaba... y mucho.

El chico que hace unos segundos se encontraba en la puerta con sus ojos de tono verdes tan espectaculares salió de la habitación corriendo, dejándonos a todos sumidos en total silencio. 

—¿Sam? —la voz de Danna llama mi atención y volteo a observarla confundida.

—¿Ah?

—¿No sabes quién es el chico que acaba de salir? —pregunta Alan de manera cautelosa. Lo observo confundida porque sus ojos tenían miedo, y los suspiros que soltaba eran de esperanza.

—¿Debería? —susurré.

La cordura de Danna se acabó tras esas palabras y se desató llorando. La curiosidad me estaba ganando pero sentía que no era el momento.

—¿Quién es él? —la pregunta salió inconscientemente. Los ojos de Danna y de Alan se posaron en mí.

—Es Jake —un suspiro débil salió de la garganta de Alan—, estuvo a tu lado desde que cerraste los ojos —dijo entre susurros—. Se quedó a tu lado día y noche esperando a que despertaras —dijo Alan y el desespero de Danna fue notorio. Huyó de la habitación siendo un mar de lágrimas dejando a Alan atrás, quién me miraba con indiferencia, e incluso ¿lástima?

—¿Qué pasa, Alan? ¿Quién es Jake?—murmuré asustada.

—Él es el hombre que amas —susurró—, y acabas de olvidarlo.

Y se marchó, dejando tras de sí un millón de dudas imposibles de formular. No tuve tiempo de procesarlas ya que la figura de mi madre apareció ante mis ojos.

—¿Qué tienen esos moco... —sus palabras quedaron en el aire cuando sus ojos se posaron en mi—Samantha —susurró.

Una molestia se instaló en mi pecho, al verla, al olerla y al sentirla. Y fue peor cuando oí ese nombre, ¿qué rayos pasaba?

—Sabes que odio ese nombre —me ganó mi subconsciente al hablar.

—Mi pequeña —dijo, luego corrió hasta a mí y me abrazó. Las lágrimas que yacían en sus ojos me incomodaban.

—¿Me sueltas? —dije de manera déspota y no sé el porqué.

—Perdóname, cariño, yo no... —sus palabras se detuvieron en cuanto vio mi rostro.

Era evidente, mi cara de confusión la hizo entrar en razón.

—¿Qué es lo ultimo que recuerdas? —pregunta con sigilo. Mi cuerpo se tensa. Intento recordar pero la cabeza comienza a darme vueltas luego de darme una visión borrosa de un automóvil frente a mí.

Pero nada.

No hay nada más.

—¡Cariño! —La voz de mi madre retumba en mis oídos y sus brazos son lo siguiente que siento.

—No deberías forzar a tu mente —la voz del hombre que hace rato salió de la habitación volvió a surgir. El doctor había entrado. Se acercó hasta a mí y me ayudó a recostarme con delicadeza.

—Lo siento, se ha emocionado de más —susurró mi madre—. ¿Va a ocurrir este tipo de situaciones siempre? —preguntó mi madre y se hizo hacia un costado junto con él.

Los susurros llamaban mi atención pero no eran más que eso.

Susurros.

Me rendí al darme cuenta de que por más que me esforzara no iba a poder escuchar nada de lo que dijeran. Porque eso era lo que querían.

—Debes intentar dormir —el doctor se volteó a mirarme y se acercó hasta mi camilla—. No puedes forzarte a recordar. Tienes que darle tiempo. Tendremos que hacerte exámenes para ver si existe la posibilidad de que recuperes la memoria. Pero para ello tienes que descansar.

—Muchas gracias, Doc —dijo mi madre. El doctor asintió y se marchó de la habitación. La calidez del aura se fue con él y mi cuerpo reacción ante el tacto de mi madre.

¿Por qué mi cuerpo se tensaba cada vez que ella lo tocaba?

—¿Te duele mucho, cariño? —su voz resonó por la habitación. Mi boca no articulada ninguna palabra por más que me cerebro le diera órdenes—. ¿Sucede algo? —preguntó mi madre y su mano apretó mi muñeca al verme sin reaccionar.

—Si —articulé cuando al fin pude poseer el control de mi cuerpo —, es solamente el cansancio —respondí fingiendo demencia.

—Dormiste mucho tiempo y ¿Estás cansada? —sus palabras sonaron como reproche y mi pulso comenzó a acelerarse. La máquina a la que estaba conectada comenzó a sonar y su mirada se enfocó en la pantalla.

Una mirada de hielo me atravesó el pecho, pero el sentimiento era por alguna extraña razón, tan... ¿familiar?

Al ver que me quedé callada viéndola estupefacta su rostro serio cambió.

—Perdóname, cariño, solo he dicho una tontería —susurró—. Tienes razón, debes estar cansada. Por ordenes directas del médico debes descansar —mi madre se levantó de la silla y mi cuerpo se puso en alerta inmediatamente. ¿Qué me pasaba? —Descansa, cielo —besó mi frente—, volveré a verte más tarde. Tengo que llegar a casa junto a tus hermanos y decirles que al fin has despertado —dijo al separarse —. Volveré pronto, no me extrañes mucho —dijo y se separó de la camilla.

—Te extrañaré tanto —me forcé a decir.

—Igual yo, cariño —dijo y comenzó a caminar de espaldas —, pediré a las enfermeras que no permitan que tus amigos pasen ya que necesitas reposo —habló con firmeza—. Y si alguien a quien no conoces llegara a entrar, prométeme que gritarás tanto como sea posible para que los guardias te oigan —una sonrisa terrorífica se formó en sus labios—. No quiero que nada malo te pase. Mucho menos quiero que alguien te haga daño —susurró— No me lo perdonaría si alguien llegara a ponerte un dedo encima. Mi corazón quedaría destrozado si eso pasara —su mirada me heló la sangre. Antes de salir por completo me lanzó un beso —, te amo, cariño —sus palabras fueron como dagas que se clavaron en mi corazón.

¿Por qué estaba tan extraña con mi madre si ella era el ser que más me amaba en esta tierra?

Por más discusiones que tuviera siempre iba a amarla, pero, ¿por qué mi cuerpo reacciona de esta manera?

Mi cuerpo la rechazaba, no quería que ella lo tocase. O que ella estuviera a menos de 10 metros de distancia. Siempre estaba alerta, tenso y temblaba cara vez que ella hablaba, pero la pregunta era, ¿por qué?

Una Ilusión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora