Prólogo
La vida de Anna Watson terminó tan silenciosamente como había sido vivida. A los treinta años, falleció sola en una habitación de hospital estéril, mientras el pitido de los monitores se desvanecia en el silencio. Huérfana a temprana edad, Anna pasó la mayor parte de su vida en la pertferia del mundo, desapercibida y sin amor. Su único consuelo era la pila de libros que la acompañaba en incontables noches solitarias. Entre ellos, su favorito era la saga de Harry Potter: un mundo de magia, amistad y valentia que la hacia sentir como un refugio de la monotonía de su existencia.
El cancer habia llegado de golpe, y su frágil cuerpo no tenia fuerzas para combatirio. Tumbada en la rigida cama del hospital, miraba al techo, con lägrimas rodando por sus mejillas. No habia. familiares ni amigos que la tomaran de la mano, nadie que le susurrara palabras de consuelo. Su respiración se volvió superficial, cada una un esfuerzo. Con su último suspiro, cerró los ojos, con el corazón oprimido por el peso de una vida no vivida,
Pero la historia de Anna no terminó ahí.
En el vasto e incomprensible vacío que siguió, sintió algo extraño. Calidez. Luz. Un pulso ritmico y constante. No estaba segura de si era un sueño, una vida después de la muerte o algo completamente distinto. Lentamente, la sensación de estar confinada, rodeada y sujeta la invadio, Sus extremidades se sentían increíblemente pequeñas, su cuerpo nuevo y frágil. El pánico la invadió al oir voces apagadas.
¡Empuja Un empujón más! -urgió una voz de mujer. El sonido era lejano, pero familiar.
De repente, el mundo de Anna cambió. Sintió una presión abrumadora, una ráfaga de aire frio y luego un llanto lastimero que solo ella reconoció como suyo. Habia nacido.
Con la mirada borrosa, vislumbró el rostro de una mujer. Su cabello castaño rojizo estaba húmedo de sudor, y sus ojos verdes brillaban de alegria a pesar del cansancio que se reflejaba en su rostro, "Es una niña", anunció la partera, entregandole la pequeña recién nacida a su madre.
Antes de que Anna pudiera comprender lo que estaba sucediendo, otro llanto atravesó el aire. Su corazón se aceleró al girar la cabeza instintivamente hacia el sonido. Otro bebé, una gemela. La comprensión la golpeó como un rayo. No era una bebé cualquiera; habia renacido como gemela.
"Dos niñas", dijo la partera con un tono de asombro. "Sanas y fuertes'.
La voz de la madre llego suave pero clara. «Petunia. Se llama Petunias.
Anna se quedó paralizada. Petunia. El nombre resonó en su mente como un trueno. Miró a la mujer, con el corazón latiendo con fuerza. Cabello castaño rojizo. Ojos verdes. Y luego miró al otro bebé, que estaba siendo envuelto con delicadeza en una manta. El cabello de ese bebé era del mismo rojo intenso, pero cuando la partera ajustó la tela, Anna vio sus ojos: de un verde intenso Idéntico al de la madre.
Su gemela. Lily Evans,
La verdad se abatió sobre Anna a oleadas. No era una cualquiera; habia renacido como Petunia Evans, la amargada, celosa y sin magia hermana de Lily Potter. El pánico le oprimia el pecho. No estaba en la época dorada de Harry. Ron y Hermione, sino en la era de los Merodeadores, décadas antes de la historia que tan bien conocia. Y peor aún, estaba condenada a ser la que despreciaba la magia, la que le dio la espalda a su hermana, la que un dia maltrataria a su sobrino, Harry Potter.
Pero esta vez, algo era diferente. Anna habia renacido como Petunia, pero también era ella misma. Era Anna Watson, con todos sus recuerdos de los libros que habia leido, las historias que habla amado y la persona que había sido. Y, lo más impactante de todo, al sentir la tenue chispa de algo cálido y mágico en su interior, se dio cuenta de que esta versión de Petunia tenia magia.
¿Por qué había renacido aquí? ¿Por qué como este personaje? ¿Y por qué compartía un vinculo de gemela con Lily? Mientras la voz de su madre murmuraba palabras de amor y bienvenida, la mente de Anna se llenaba de preguntas. Le habían dado una segunda oportunidad, una vida ligada a una historia que adoraba pero temia. Su corazón rebosaba de determinación. Si tuviera magia, tal vez podria cambiar las cosas. Tal vez no tendría que convertirse en la amargada y resentida Petunia Evans.
Quizás podria escribir su propia historia en el mundo de la magia.

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Petunia Evans con un sistema
FantasyLa vida de Anna Watson no fue nada fácil. Una batalla contra el cáncer la dejó frágil, derrotada y cuestionando el sentido de su vida. Sus últimos momentos estuvieron llenos de arrepentimiento por sueños no realizados y caminos no recorridos. Pero c...