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— 🍂 ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴏɴ
El viento era feroz en los acantilados, azotando la superficie del mar con una violencia inquietante. Las nubes cubrían el cielo, oscureciendo la tarde con un gris monótono. La lluvia aún no caía, pero la humedad en el aire era palpable así que era probable que lloviera en la noche.
Kalani caminaba por el suelo empapado de la reserva, sus pasos ligeros sobre la tierra mojada. No tenía un rumbo fijo, solo quería despejar su mente después de días encerrada en casa de Emily.
Su recuperación avanzaba, pero la sensación de vacío en su pecho no hacía más que aumentar. Cada día sin ver a Paul era un recordatorio de lo ocurrido, de las cicatrices que ahora llevaba en la piel y en el alma.
Su mente divagaba cuando un movimiento en el familiar acantilado llamó su atención. A lo lejos, una figura delgada y pálida se encontraba en el borde, con la brisa enredando su cabello castaño; la problemática hija del Sheriff.
- ¿Bella? - Preguntó Kalani.
La castaña no respondió, parecía increíblemente perdida en sus pensamientos, y de un momento a otro Kalani la vio aventarse. La morena se preocupó al instante ya que Bella no tenía experiencia y no había nadie que la ayudara a salir del revuelto mal.
Kalani se asomó y suspiró con alivio cuando vio a Jacob corriendo en la playa, dirigiéndose a la chica Swan. Pero cualquier sentimiento de tranquilidad dejó su cuerpo cuando una helada sensación se posó a solo unos centímetros de su cuerpo. El aire se volvió denso, su piel se erizó, y una sensación primitiva de peligro la invadió.
- Hola - Dijo una voz suave pero determinada. Kalani no tuve que voltear ya que la dueña de aquella voz dio un par de pasos para encontrarse frente a ella.
Unos ojos ardientes como brasas la observaron con una mezcla de curiosidad y deleite. Una melena roja y salvaje ondeaba con el viento. Una sonrisa afilada se dibujó en sus labios pálidos; Victoria.
Antes de que Kalani pudiera reaccionar, un par de manos frías como la muerte se aferraron a sus brazos - Mi hermosa cantante.
Kalani logró de gritar, pero una mano de hielo le atrapó la garganta, y en un parpadeo, el mundo a su alrededor se convirtió en un borrón.
Desde otro extremo de la playa, Jacob intentaba sacar el aire de los pulmones de Bella, y cuando lo logró, miró hacia arriba con agradecimiento. Pero de nuevo, los sentimientos positivos se convirtieron al ver una cabellera roja y escuchar un grito que resonó en todo su ser; Kalani.
- ¡No! - Gritó el lobo al perderlas de vista. La situación era increíblemente complicada y su mente estaba aturdida. Harry Clearwater había fallecido hace unas horas, y ahora Kalani Uley había sido secuestrar a por una amenazante chupa sangre.