Extra 1.17

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Pasaron unos días más antes de que Jungkook volviera a encontrarse con Pete. Mientras tanto, trató de sacar adelante su apretada agenda para poder tener el día libre de alguna manera. Después de haber desocupado un día para Pete a duras penas, también se esforzó por planificar un día perfecto.

Cuando le pidió un consejo a Laura, que tenía un sobrino de una edad similar, ésta se asomó sin querer a la ventana. No había señales de que el mundo se estuviera acabando. Estaba confundida, pero lo aconsejó con sinceridad. Hasta que finalmente llegó el día.

—Jungkook, ¿qué pasa con tus ojos?

Jin, que visitó la mansión de Jungkook como había prometido anteriormente, abrió mucho los ojos y lo miró sorprendido. Jungkook respondió con vergüenza.

—Estoy un poco cansado, es que no podía dormir.

—Ya lo creo.

Sus ojos rojos representaban claramente su falta de sueño y la fatiga acumulada. Jin, que hablaba juguetonamente, no tardó en añadir en voz baja.

—No seas tan impaciente, tenemos mucho tiempo.

Tras decir eso, bajó la mirada. Esta vez, Pete estaba pegado a la pierna de Jin.

—Hey, Pete.

Dijo Jin cariñosamente, lo agarró por el hombro y tiró de él hacia delante.

Hoy Pete llevaba un traje de marinero y unos pantalones cortos, también se había puesto el nuevo sombrero de paja que le había comprado su abuela el día anterior.

Pete, que se vio en el espejo por la mañana, estaba muy contento, diciendo que se parecía a un personaje de dibujos animados que había visto en la televisión recientemente. Por supuesto, el único parecido con el personaje principal era el sombrero de paja, pero como Pete era tan lindo, Jin le contestó varias veces que tenía razón.

—Lindo, ¿no?

Jin, que empujó suavemente al niño delante de Jungkook, no pudo contener su orgullo y derramó besos en la mejilla de Pete. Pete, que estaba familiarizado con ese comportamiento, sonrió y retorció su cuerpo debido a las cosquillas, pero no se opuso a que Jin le mostrara su afecto de esa manera.

Jungkook se limitó a observarlos en silencio. Jin, que apretó sus labios contra la mejilla del niño con un último beso, levantó la cabeza. Inmediatamente se encontró con los ojos de Jungkook.

—Pete. — Jin abrió la boca. —Saluda, es Jeon Jungkook ¿lo recuerdas? Nos visitó hace algunos días.

Pete levantó la vista, pero el rostro de Jungkook estaba muy arriba, y el sombrero de Pete era tan grande que cuando levantó la cabeza, le tapó la nariz. Jin sonrió y retiró el sombrero para ampliar el campo de visión de Pete. Entonces, Jungkook se inclinó sobre una rodilla frente a Pete.

—Hola, ¿Pete? ¿Cómo estás?

La voz de Jungkook era más suave que de costumbre, también temblaba muy débilmente. Jin notó que estaba nervioso, pero fingió no darse cuenta. En cambio, Jin se apartó de Pete y habló con suavidad.

—Pete, papá tiene que ir a trabajar hoy. ¿Puedes pasar el día con el Sr. Jeon en su lugar?

—¿Eh?

El niño volvió a mirar a Jin con sorpresa. Como si nunca hubiera esperado algo así, sus ojos muy abiertos estaban llenos de vergüenza y ansiedad.

—Le dije que iríamos a Disneylandia.

Jin avisó a Jungkook y volvió a hablar con Pete.

—Disneylandia no abrirá hoy. Así que vamos a otro parque de atracciones. Papá va a investigar, así que ¿puedes esperar con el Sr. Jeon? Volveré pronto. ¿de acuerdo?

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