POV FREEN
La doctora Armstrong no exageró cuando dijo que el anuncio del matrimonio entre sus padres desataría el caos. Ni bien se confirmó la noticia públicamente, una guardia de prensa se generó en la puerta de la oficina tratando de conseguir el preciado testimonio de la hija de los novios, la cual dio declaraciones desde un primer momento, hablando con total soltura dándoles exactamente lo que quieren. Sin embargo, no fue suficiente para satisfacer las necesidades de los periodistas, ávidos de conseguir alguna primicia rodeando a la prestigiosa familia, así que decidieron endurecer su custodia.
Por nuestra parte, tratábamos de llevar la relación lo más tranquila y privada posible; si bien los rumores respecto al vínculo que compartíamos se acrecentaron, más teniendo en cuenta que se volvió habitual vernos ir y volver al campus juntas, sólo las personas de nuestra oficina y nuestros amigos sabían realmente que habíamos formalizado, el resto solo vivía con especulaciones, la mayoría malintencionadas. Más allá de todo, las noticias amarillistas, sumadas a una cantidad importante de "exes" de Rebecca que aparecieron por los medios para dar su opinión sobre el asunto, logrando enfurecer aún más a mi ya alterada novia, que odiaba que personas que nada tuvieran que ver con su vida se metieran en sus asuntos.
Se había vuelto habitual verla con mala cara o alterada durante el día, cambiando su semblante sólo cuando nos encerrábamos en su oficina o su casa; haciendo imposible que podamos hablar de algunos asuntos que me hacían ruido o tenía pendientes, como ser los alcances de nuestra relación; pero tenía claro que quizás la situación ameritaba un poco más de paciencia de mi parte, al menos hasta que a la prensa dejara de parecerle novedoso cada movimiento que mi novia hacía. Para colmo, disconformes con no obtener ningún tipo de primicia acampando frente a la empresa, comenzaron a seguir el coche de la doctora Armstrong cuando se retiraba, haciendo que pierda la poca paciencia que tenía por estos días y generando cada vez roces conmigo, ya que además de acosarnos evidenciaban salidas que tenía por las noches, principalmente a un hotel de la ciudad, en días de clases cuando dormíamos separadas, a ese hotel, para ser más exactos.
Si bien ya sabía por palabras de su amiga que la monogamia no era lo suyo; ver en las noticias que algunas veces, durante la semana, iba a pasar la noche a un hotel, que casualmente era el mismo lugar donde comenzamos a vernos nosotros, solo acababa por destrozar mi corazón y aunque nunca me había prometido fidelidad, no podía evitar sentirme afectada y acabar por discutir con ella. Es cierto que cada minuto que pasábamos juntas trataba de hacerme sentir la mujer más importante del mundo, de su mundo, mientras que yo trataba de hacerle saber que ella era el mío; sin embargo, ser consciente que igualmente buscaba la compañía de otras mujeres, aunque fuera solo sexo, grababa el pensamiento en mi mente y en mi pecho de que no era suficiente para ella, sin importar cuánto hiciera o cuánto lo intentara para lograrlo.
La tensión que generaba ver constantemente noticias de sus amoríos en esa habitación en las redes, a las cuáles ella ignoraba, hacía que optara por verla menos o evitar contacto con ella, volviéndome más fría y distante de lo normal. Podía notar el esfuerzo que hacía la doctora Armstrong por acercarse más y estar más pendiente de mí, recibiendo solo rechazo de mi parte; no es que me gustara actuar así; de hecho no era algo que hiciera adrede, sabía que en el fondo la estaba lastimando después de todo lo que había pasado cuando adolescente, pero no podía evitarlo. La idea de imaginarla con otra mujer desgarraba mi corazón poco a poco y sólo quería alejarme, correr y llorar. Pese a todo, aún seguía llevándome del trabajo al campus y considerando cómo se había tornado el ambiente con la presencia de la prensa, también se tomaba el trabajo de buscarme luego de clases para llevarme al trabajo y asegurarse que la prensa no me molestase.
Tras unas semanas de tensión, que se acrecentaba cada vez más y no sabíamos cómo manejar, al punto de ya no disimular el malestar entre nosotros, la doctora Armstrong me llamó a su oficina para informarme que la semana próxima debía ausentarme con ella en un viaje de negocios. Sabía por mi jefa que ella tenía que realizar esos encuentros, lo que no imaginé es que iba a pedirme que fuera con ella; sugerí si no era conveniente para ella viajar con la doctora Waraha o con su asistente, quienes le serían más útiles para su labor, lo cual acabó por irritarla - Me importa poco y nada el trabajo Freen - dijo enfadada levantando su vista de la pantalla para mirarme, a diferencia de otras veces lo hacía con frialdad - Quiero hacer este viaje con mi mujer y ese título te pertenece a tí, no a Jane o Engfa... bah eso si aún quieres serlo - agregó amargamente, haciendo bajar mis defensas. Pude notar que no era enojo real en su voz, sino tristeza y dolor.

ESTÁS LEYENDO
Doctora Armstrong (FreenBecky)
RomanceLa vida de Freen cambia cuando conoce a una misteriosa mujer en la universidad. Esta historia no me pertenece, es una adaptación autorizada por su escritora @Grimreaper4724 (Mil Gracias por permitirme adaptar tu historia) ... Espero les guste, a mi...