Narrativa
Alondra y Rainelis se encontraban en la azotea. Alondra permanecía arrodillada mientras que ella le ataba las manos.
- Rainelis, ¿que haremos ahora? - preguntaba ese ese tono sumiso e inocente.
- No tienes derecho a preguntar. Mantente en silencio. - bajo la cabeza ante las palabras que le ordenaba su superior.
Termino de atarle las muñecas y procedió a ponerle una cinta en la boca. Y para finalizar, le desnudó y le ató los pies.
La tomó de las caderas haciendo que la menor se estremeciera al toque y la sentó en una silla.
La tomó de la mandíbula fuertemente y le mordió ferozmente el cuello, dejándole marcas muy notorias.
Se acercó a su oído y le susurró:
- ¿Quieres ser la princesita de mami? - asintió desesperadamente mientras sentía una ola de calor en todo su cuerpo.
- Entonces, como serás la princesa de mamá, ¿me obedecerás en todo, cierto? - de nuevo asintió sin pensarlo - Eres una muy buena chica. - lamió su oreja.
Tiro de su cabello para luego hacer un contacto visual muy penetrante.
- Eres mía, todo tu cuerpo me pertenece. Estás bajo mi control y jamás cambiarás eso.
Cada palabra posesiva que decía, en el tono en el que lo recalcaba, lo hacía más excitante para Alondra. Ella le pertenecía a su madrastra, su corazón es de ella.
Y nadie cambiaría eso.
La tomó de las caderas nuevamente para luego tirarla al piso golpeándose el rostro. Si nariz sangró al golpe en seco.
Pero a ella no le dolió.
Lo único que le dolía era no estar cerca de su madrastra, le dolía que le dijera que estaba decepcionada de ella, le dolía.
Su madrastra le quitó la cinta de su boca, sonriendo maliciosamente.
- ¿Quién es la princesa de mami?
- Y-Yo lo soy..
Beso sus labios con lujuria, mordiéndolos a su gusto, haciéndolos sangrar.
- Ponte de espaldas. - ordeno.
Bajo su cabeza dejándola en el suelo y levanto su cadera doblando sus rodillas.
- Buena chica.
Rainelis buscó su dildo. Se lo colocó y le puso lubricante. Lo hizo en la cara de Alondra, observando su reacción al ver lo gigante que era el dildo.
Se colocó detrás de ella, masajeó un poco la entrada de la menor, provocándole pequeños gemidos tiernos.
Y cuando menos lo pensó, Rainelis ya lo había introducido a su vagina. Alondra soltó un gemido lleno de dolor que luego se convirtió en placer.
- No seré amable, así que no esperes que pare cuando tú lo digas. - dijo en el tono seductor.
A Alondra le dolía, si, pero no se comparaba con el dolor que sentía en su pecho cuando su madrastra se molestaba con ella.
Así que se deja violentar y abusar solo porque la ama.
Ella podría matarla pero a los ojos de Alondra, era amor verdadero.
Ella solo la amaba, ¿hay algo de malo con eso?
Mientras la embestía solo quería escuchar un "te amo" de la persona que adoraba con su vida.
Pero sabía que no sucedería ni en otro universo.
Ella soltaba gemidos fuertes y desgarradores, quería que se detuviera. Pero está solo era la interacción que tenían donde estaban más juntas.
No quería arruinar eso.
- Ugh.. ¿p-podrías bajar la intensidad un poco? - la miró con sus ojos llorosos que representaban el dolor del momento.
- Silencio. - azoto su mano en el trasero de la menor, mordiendo su labio lastimado.
Aumentó la velocidad y Alondra asentía el orgasmo muy cerca, pero el problema era que Rainelis no aceptaba que se viniera.
- P-Por favor, no aguantaré mucho tiempo.
- He dicho que silencio, ¿acaso ya no quieres ser la princesita de mami?
- ¡S-Si! c-claro que qu- ¡agh! - gimió al sentir el dildo en su punto.
Hizo un esfuerzo grande por no llegar al orgasmo, y su madrastra parecía estar en su contra ya que solo la penetraba con muchísima más fuerza.
- No soy tan mala, puedes llegar a tu orgasmo. - Alondra sintió un peso menos de encima cuando por fin se vino.
Buscó el rostro de su madrastra para besarla con ternura, lo cual ella lo aceptó por completo.
- Has hecho a mamá muy feliz hoy princesa.

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ULTRAVIOLENCE
FanfictionSiempre juzgaba a las personas que se dejaban maltratar por amor, decía que era absurdo y que no tenían amor propio. Hasta que lo viví con mi madrastra, una mujer de aspecto "encantador" sin saber como realmente era. "Dame toda esa ultraviolencia."