capitulo 60

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Isagi caminaba por la ciudad después de la cena con Bachira. La noche estaba tranquila, el aire fresco le daba una sensación de calma. Luego de todo lo que había pasado en Blue Lock, sentirse relajado era algo raro para él.

Mientras pasaba por una plaza, algo le llamó la atención. Bajo la luz tenue de los faroles, vio a alguien jugando sola con una pelota de fútbol.

Era Anri.

Ella estaba vestida con ropa deportiva, dominando el balón con una sorprendente habilidad. Se notaba que, aunque no fuera jugadora profesional, entendía el juego.

Isagi sonrió y se acercó.

Isagi: No sabía que jugabas fútbol.

Anri se giró, sorprendida, y sonrió al verlo.

Anri: Isagi… Sí, solía jugar de pequeña, pero nunca fui lo suficientemente buena para competir. Solo lo hago cuando quiero despejar mi mente.

Isagi: ¿Puedo unirme?

Anri: Si puedes seguirme el ritmo.

Isagi soltó una risa antes de empezar a moverse. Jugaron un rato, pasándose la pelota, tratando de quitarse el balón con regates sencillos. Isagi, como era de esperarse, tenía el control absoluto, pero dejó que Anri disfrutara también.

Después de unos minutos, ambos se sentaron en un banco a recuperar el aliento.

Anri: No juegas con todas tus fuerzas, ¿verdad?

Isagi: Si lo hiciera, no te dejaría tocar el balón.

Anri le dio un pequeño golpe en el brazo, pero se rió con él. El ambiente era relajado, diferente a lo que Isagi solía vivir en los partidos o en sus entrenamientos.

Se quedaron en silencio un momento, hasta que Isagi miró a Anri con seriedad.

Isagi: Anri, hay algo que quiero decirte.

Anri lo miró con curiosidad.

Isagi tomó aire. Había pensado mucho en esto, y después de todo lo que había pasado en su vida, tenía que decirlo.

Isagi: Siempre he estado rodeado de fútbol. Mi vida ha sido entrenar, mejorar, superar rivales... pero en todo ese tiempo, siempre hubo una persona que me apoyó, que creyó en mí desde el principio.

Anri abrió los ojos con sorpresa.

Isagi: Esa persona eres tú, Anri. Me di cuenta de que... te amo.

Anri sintió su corazón latir con fuerza. Por un momento, no supo qué decir.

Pero luego sonrió.

Anri: Yo también te amo, Isagi.

Isagi sintió una gran paz al escuchar esas palabras. Sin pensarlo demasiado, se inclinó lentamente hacia ella.

Anri hizo lo mismo.

Sus labios se encontraron en un beso suave, sincero, lleno de emociones contenidas.

Cuando se separaron, ambos sonrieron, sintiendo una felicidad genuina.

Isagi: ¿Te acompaño a casa?

Anri: Me encantaría.

Tomados de la mano, caminaron juntos bajo la luz de la luna, disfrutando el inicio de algo nuevo y especial.

Continuará...

anri x isagi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora