Valentina De Luca
Eva me lanza una mirada curiosa, Nico al otro lado retiene las ganas de reír. Y yo me cuestiono si en verdad quiero pasar una noche a la semana en la habitación que tienen libre.
—¿Qué?
—Nada, es solo que no esperé que su relación pasara del odio a la convivencia amistosa en una semana —dice Eva arqueando la ceja. —¿Cómo es él?
—Como una persona normal —ruedo los ojos —sin nada especial.
Me trago en realidad todas las palabras que quiero decir porque Dante no tiene nada de "normal". No. El hombre sin duda alguna es imponente e irresistiblemente atractivo, incluso cuando solo porta su horrible pijama de rayas que no me atrevo a decirle que necesita cambiarla.
—Tampoco es como si fuese tan odioso...
—Eso no fue lo que dijiste cuando me llamaste...—la voz de Eva se desvanece cuando nota la forma en la que la miro.
—Bueno, yo tampoco fui el alma más amable del mundo cuando...—me detengo, la mirada de Eva se suaviza y Nico se aclara la garganta.
—Lo que tratamos de decir —dice el novio de mi mejor amiga —es que nos alegramos porque estés feliz en tu nuevo trabajo.
Sí, claramente eso es lo último que pensaban decir, pero tomo la oportunidad que me da para cambiar la dirección de la conversación.
—Sí —esta vez la sonrisa en mis labios es más animada —el sueldo es bueno, puedo ayudarles con los gastos y además ahorrar, espero que cuando Dante al fin se recupere y ya no requiera de mis servicios, bueno...poder encontrar un sitio para mudarme y mi tortura habrá terminado.
—No tienes que pagarnos nada —dice Nico —solo te quedarás un día a la semana, aquí eres siempre bienvenida.
Formo un mohín con los labios mientras observo a mis probablemente unos dos amigos, realmente no sé que sería mi vida si no contara con su apoyo.
—Gracias chicos, en serio.
—Bah, nada de agradecimientos, eso han los buenos amigos ¿no? —inquiere Eva —ahora, será mejor que nos demos prisa para ir al trabajo porque no todos tenemos un sexi hombre como jefe...
—¡Eva! —la carcajada que mi amiga lanza como respuesta delata sus intenciones de molestarme, Nico la secunda con la risa y ambos aprovechan mi silencio para irse y no enfrentarse a mis reclamos.
Suelto un suspiro mientras me desplomo contra el sillón, hoy es domingo, por lo tanto, mi día libre. Carina dijo que durante ese día ella se encargaría de cuidar de su hermano así podría descansar, y luego de pasar toda una semana en la casa de Dante, estar aquí se siente algo...liberador.
Quiero decir...claramente nuestra convivencia ha mejorado desde que se disculpó en su sala. Pero aún con eso, tengo la sensación constante de que existe una barrera invisible que ninguno de los dos se permite bajar.
Decido dejar de pensar en el hombre que es mi paciente porque eso nunca trae nada bueno. Así que en vez de quedarme sentada analizando a un hombre, decido acomodar el resto de mis cosas en la habitación que ocupo en el departamento de mis amigos.
Gran parte de mi ropa la he llevado a casa de Dante, ya que ahí paso el mayor tiempo de la semana, por lo que no me demoro demasiado tiempo acomodando las prendas en el armario, y el resto de las pertenencias.
Eva tiene que trabajar doble turno en el hospital y Nico pasará el día en casa de sus padres así que aprovecho la soledad para descansar como hace mucho tiempo no lo hago.

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Un desastre llamado amor.(SL#6)
Teen FictionDante Lombardi lo tenía todo: una prometedora carrera, un futuro estable y la mujer con la que planeaba casarse... hasta que la encontró en la cama con su mejor amigo. Atrapado entre el orgullo y la rabia, tiene la certeza de que el amor no es más q...