Tres meses después
El tiempo había pasado más rápido de lo que cualquiera de ellas hubiera imaginado. Tres meses desde que Yeri y Kyung se convirtieron oficialmente en pareja, aunque "oficialmente" era una palabra que todavía asustaba un poco a Yeri. Tres meses desde que Seulgi y Jaeji dejaron de tener secretos entre sí y su relación evolucionó en algo más intenso, oscuro y apasionado.
La vida cotidiana siguió su curso, pero bajo la superficie, todo había cambiado.
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Rutina extraña, rutina perfecta
—Kyung… Kyuuung… despierta —la voz de Yeri era un susurro meloso, con un tinte peligroso de travesura.
Kyung gruñó desde debajo de las sábanas, sin intención de moverse.
—No.
—Vamos, tengo hambre —Yeri se subió a la cama y se dejó caer sobre ella con todo su peso.
Kyung dejó salir un suspiro largo. Tres meses de relación y cada día Yeri se volvía más insoportable en el mejor sentido posible.
—Haz algo por ti misma, por una vez en tu vida.
—Pero para eso te tengo a ti —Yeri sonrió, girando la cabeza para verla—. Eres mi novia, ¿no? Me tienes que alimentar.
Kyung entrecerró los ojos.
—¿Qué pasó con la chica que decía que todo esto era un "juego"?
—Esa chica se dio cuenta de que tener novia es mucho mejor de lo que pensaba. —Yeri se acomodó de lado, abrazando a Kyung como un koala—. Ahora levántate y hazme panqueques.
Kyung la miró fijamente.
—¿Y si no quiero?
—Entonces no te besaré en todo el día.
—Pff, como si me importara.
—Ah, ¿sí? —Yeri se inclinó peligrosamente cerca, sus labios rozando los de Kyung sin llegar a tocarlos.
Kyung tragó saliva.
—Estás usando tácticas sucias.
—Tú lo llamas sucio, yo lo llamo efectivo.
Kyung suspiró.
—… ¿De qué sabor los quieres?
—De amor. —Yeri rió y se levantó victoriosa, siguiéndola hasta la cocina.
Era su extraña normalidad.
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Un tema pendiente
Al otro lado de la ciudad, en un lujoso departamento, Seulgi despertó con Jaeji abrazada a su cintura.
Tres meses desde que todo salió a la luz. Tres meses desde que supo la verdad sobre los asesinatos. Tres meses desde que aceptó que le gustaba saberlo.
—Jaeji… —Seulgi murmuró suavemente.
—Mmm.
—¿Cuántos quedan?
Jaeji abrió los ojos lentamente, como si supiera exactamente de qué hablaba.
—Solo uno.
Seulgi se giró para mirarla fijamente.
—¿Cuándo?
—Pronto.
—Quiero verlo.
Jaeji se quedó en silencio un momento, como si estuviera evaluando la petición.
—¿No tienes miedo?
Seulgi sonrió de lado y acarició su mejilla.
—No cuando sé que todo lo haces por mí.
Jaeji se inclinó y la besó, con una devoción casi religiosa.
Pronto. Todo terminaría pronto.
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Una visita inesperada
El momento fue interrumpido por el sonido insistente del timbre.
—Ugh… ¿quién demonios viene tan temprano? —Jaeji murmuró, levantándose de la cama con el ceño fruncido.
Seulgi se estiró perezosamente y se acomodó la camiseta de Jaeji que llevaba puesta, observando con curiosidad mientras su novia iba a la puerta.
Cuando Jaeji la abrió, la familiar figura de su hermana mayor apareció con una sonrisa burlona.
—¡Sorpresa!
Jaeji suspiró.
—¿Qué haces aquí?
—¿Qué? ¿Ni siquiera un "hola, querida hermana"? Eso es cruel, Jaeji.
—No tengo paciencia para tus dramas —Jaeji cruzó los brazos—. Si viniste a molestar, puedes dar la vuelta e irte.
—Oh, por favor. Extrañaba a mi adorable cuñada.
Seulgi apareció detrás de Jaeji con una sonrisa divertida.
—Hola, unnie.
—¡Seulgi! Al menos tú eres amable. —La hermana de Jaeji pasó junto a su hermana menor y tiró de Seulgi en un abrazo exagerado.
Jaeji frunció el ceño.
—No la toques.
—Uy, celosa como siempre.
Seulgi rió y le dio una palmadita en la espalda a la hermana de Jaeji, acostumbrada a sus interacciones.
—¿A qué debemos la visita?
—Bueno, vine a ver si esta antisocial sigue viva. Y, claro, para preguntarle a mi hermosa cuñada cuándo se van a casar.
Seulgi parpadeó, sorprendida.
Jaeji se atragantó con su propia saliva.
—¿De qué demonios estás hablando?
—Vamos, hermanita. Mamá está preocupada por ti. Dice que si ya tienes novia, deberías pensar en cosas serias.
Jaeji se llevó una mano a la cara, claramente harta.
—Dile a mamá que no es asunto suyo.
Seulgi, por otro lado, parecía demasiado entretenida con la conversación.
—¿Así que tu mamá ya sabe de mí?
—Por supuesto. —La hermana de Jaeji sonrió—. Y está muy feliz.
Seulgi se volvió hacia Jaeji con una expresión maliciosa.
—Entonces… ¿cuándo nos casamos?
Jaeji la miró como si hubiera perdido la cabeza.
—No me hagas empezar contigo.
Seulgi rió, divertida, y le robó un beso rápido a Jaeji, lo que solo hizo que la hermana mayor de Jaeji hiciera ruidos de emoción exagerados.
—¡Ahhh, son tan lindas!
Jaeji suspiró, derrotada.
—Me arrepiento de haberte dejado entrar.
Pero, aunque nunca lo admitiría, ver a Seulgi tan cómoda con su familia le hacía sentir una extraña calidez en el pecho.
Quizás, después de todo, un poco de caos en su vida no era tan malo.

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Un Amor en Vuelto en Mentiras
RandomJaeji haría lo que sea por proteger a Seulgi , sin medir consecuencias su princesa es primero. Pero se complica cuando Seulgi empieza a sospechar de su novia jaeji y su comportamiento. Yeri a sufrido de acoso últimamente nunca le fastidio ese tipo d...