Capítulo 4

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POV FREEN

Pocas veces había tenido tantos nervios como de camino a la empresa para iniciar las pasantías. Desde que el pasado lunes se habían anunciado los elegidos para formar parte de la compañía, y mi nombre había salido; un sinfín de rumores malintencionados se dispararon, especialmente recordando el hecho de que había sido vista llegando al campus en su coche en dos oportunidades desde que la doctora había llegado a la universidad; traté de no dejar que me afectaran pero fue difícil, especialmente cuando esos rumores llegaron a Victor.

Nuestra relación estaba tambaleándose desde el episodio en la discoteca, al punto de ya ni siquiera éramos exclusivos, no habíamos tenido mucho contacto y cuando nos veíamos era para acabar discutiendo; él enojado por mis "desplantes" y yo por sus actitudes; para colmo los rumores con la empresaria no ayudaron a que podamos dialogar como adultos, haciendo todo más difícil. Por suerte Nam estaba conmigo y no sólo me ayudó a hacer que se fuera, sino que también se quedó acompañándome luego de cada discusión, al igual que Fay.

Los seleccionados nos encontramos en la recepción del edificio, donde al cabo de minutos nos recibió una joven que se presentó como secretaria de recursos humanos para darnos la bienvenida. Cumplimos con los protocolos necesarios y nos entregaron las credenciales para que podamos ingresar todos los días, explicándonos el procedimiento - Si tienen cualquier inconveniente al ingresar o salir, pueden buscarme en mi oficina y con gusto los ayudaré - sonrió amablemente.

Luego de terminar con el papeleo nos llevó por los distintos pisos mostrándonos las oficinas y donde trabajaría cada uno, asignados a distintos puestos de acuerdo al enfoque e ideas que habíamos mostrado en nuestros respectivos escritos. La oficina a la que me habían designado estaba ubicada en el último piso, en el área administrativo legal; iba a trabajar junto al equipo técnico en la presentación de proyectos y análisis de contratos. La jefa del sector era una mujer de aproximadamente cuarenta años, muy hermosa, me recibió y fue quien me explicó el trabajo que iba a realizar este tiempo, además de presentar a mis compañeros de equipo - Por ahora trabajaras más de cerca con Jeff, bajo mi supervisión por supuesto, hasta tanto tomes confianza en el puesto y pueda darte más tareas en soledad. Si tienes alguna duda no temas preguntar - dijo la mujer, llamada Engfa.

La jornada laboral fue agotadora, más por toda la información recibida que por el puesto en sí, aunque es cierto que implicaba mucha más dedicación y responsabilidad que mi trabajo anterior, pero sin dudas me apasionaba el puesto que me había tocado desarrollar; tenía implicancias reales en la carrera, además de poder ver el entramado de una organización y aprender más sobre cómo se desarrollaban los negocios.

A medida que los días pasaban me iba acostumbrando más al nuevo puesto, aún me costaban algunas tareas y sobre todo, encontrar las oficinas; por suerte mi compañero, Jeff, era súper amable y me ayudaba a ubicarme en el edificio, además de hacerme compañía en los descansos y presentarme al resto de nuestros colegas.

Lo único que extrañaba era no haber cruzado a la doctora Armstrong desde que ingresé; he de admitir que las habladurías sobre su vida no faltaron desde el primer día, especialmente especulando sobre su relación con mi nueva jefa, pero a decir verdad prefería no darle demasiada importancia.

Respecto al trabajo, había oído varias veces a mis compañeros decir que se la pasaba en reuniones y cuando no lo estaba, se encerraba en la oficina sin pasar demasiado por las demás oficinas.

Evitaba el contacto con los empleados, no sé bien porqué razón, según mis compañeros porque no los consideraba importantes aunque no creía que fuera así, la persona de quien hablaban no era la mujer que yo pude conocer. Sólo se reunía con los jefes de cada sector cuando tuviese que tratar algo en particular y si algún empleado debía tratar algo, lo hacía a través de su secretaria, que parecía ser junto a mi jefa una de sus mujeres de confianza, hecho que la chica no parecía dejar pasar por alto, mostrándose altanera con todo el mundo.

Doctora Armstrong (FreenBecky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora