Jade Jhonson es impulsiva. Y aunque se ha prometido pensar antes de actuar, pronto se encontrará envuelta en un caos romántico lleno de magia y cupidos, cuando decide acercarse a su crush y amor imposible: Andrew Price.
Andrew estudia veterinaria y...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jade Jhonson.
No lo esperaba, que él llegara desde atrás, que estuviera tan cerca de mí, hasta sentir su aliento rozando mi cuello, no lo esperaba y desde luego, no esperaba que me preguntara frente a Milo si podría llevarme a casa.
Y su forma de mirarme, era diferente. Parecía más seguro y horas atrás no se veía así, ¿Qué cambió? Y no paro de pensar en que si quizás hubiese aceptado, lo sabría..., pero ya tenía un compromiso y me emocionaba la idea de venir con Venus y mi hermana a comer pizza, pues esta tarde he descubierto que Venus es realmente agradable y es reconfortante encontrar a alguien más que te comprende en todos los sentidos, es divertido tener una amistad a la que no tengas que ocultarle tu verdadero yo.
Quizás ella no sea una bruja, pero es una cupido y me emociona tener a una amiga cupido, jamás había tenido la oportunidad de interactuar tanto con uno y aunque conocí anteriormente a la cupido Aitana, no es alguien con quien haya podido establecer una amistad, por motivos de reglas y normas que ella tenía que seguir como cupido.
Y ahora que pienso en Aitana, ella dijo que me ayudaría en temas del amor... ¿Estará haciendo eso? Porque no la he sentido cerca, ¿Será ella lanzando flechas y causando los cambios de Andrew?
Y entonces es cuando comienzo a preguntarme... ¿Cuál es el cupido descuidado lanzándole flechas a Milo?
Miro a Venus que sonríe de una forma encantadora y que se gana la mirada de varios chicos en el restaurante y sonrío un poco, esta mujer es increíblemente preciosa, no sé si se deba a que es una cupido, pero irradia una belleza que se gana miradas tanto de hombres, como de mujeres, incluso los animales la buscan, esto último lo digo recordando a los dos gatos y al perro que nos acompañaron al restaurante como si fueran nuestros guardaespaldas.
Hay cierto brillo rodeándola, su cabello es dorado, con pequeñas ondas brillantes y sus ojos, jamás había visto unos ojos azules tan impresionantes como los de ella. Y aunque como bruja también tengo cierto tipo de belleza que llama la atención, la de Venus es majestuosa y poderosa.
—¿Por qué te has quedado callada de pronto y me miras de esa forma? —pregunta ella, riendo un poco.
—Porque tengo dos preguntas.
Hace un gesto con su mano para que continúe y eso hago.
—Uno, ¿Es cierto que los cupidos disparan flechas a las personas?
—Sí y de hecho... Darién y yo, nos conocimos por una flecha.
Eda alza sus cejas y yo frunzo mi ceño tratando de encontrarle un sentido a sus palabras.
—¿Cómo que con una flecha? —pregunta mi hermana.
—Yo estaba en un parque, tenía la misión de juntar a una pareja. Eran dos mejores amigos que se gustaban, pero no daban el paso por miedo a arruinar la amistad, lo típico. Lo cierto es que esta pareja estaba destinada a pasar el resto de su vida juntos, pero necesitaban unos empujoncitos y ahí es donde entraba yo como cupido.