"—A este paso no llegaremos ni siquiera a la semana —gruñó el general observando el estado de Ezlang—. No entiendo porqué se ha puesto de este modo, ni que se tratara de alguno de los perros del norte.
—Sabes muy bien que Ezlang es un maldito caprichoso, es como un crío mimado al que siempre se le ha dado todo —reconoció con molestia uno de sus soldados.
—No, esto va más allá que un capricho, incluso su aroma ha cambiado. Y ahora no me preocupa tanto el hecho de que esté agresivo, sino su ritmo cardíaco. Si sigue de este modo, terminará teniendo problemas de corazón, si es que no se muere antes por un paro.
—Es increíble como se pudo enfermar por una hembra.
—Es un imbécil."
Mofak estaba tranquilo en el gran salón de su casa, tocando el piano, mientras Gala hacía un poco de yoga a unos metros de él, cuando una sierva se acercó a informarle que el general de la guardia real solicitaba su presencia.
El príncipe cambió su expresión serena por una de fastidio, dirigiéndose al recibidor junto a Gala.
—Príncipe Mofak.
—Geliank ¿Qué pasa? ¿Por qué has venido?
—Tenemos un problema en el reino, uno muy grave, y se debe al actual estado de salud del rey, es muy grave lo que está ocurriendo.
—¿Qué tiene Ezlang?
El general observó a Gala, con cierto recelo.
—O la hembra viaja hacia la casa real por su cuenta, o tendremos que llevarla de todos modos. El rey podría morir.
—No me vengas con estupideces, Geliank —gruñó Mofak—. Gala no irá a ningún lado.
—¿No entiendes que tu rey está muy enfermo? Sus niveles de testosteronas son altísimos, ha comenzado con problemas urinarios, no come, tiene taquicardia y... Ni siquiera sabemos cuanto más podrá soportar así. Los médicos están haciendo todo lo posible por tratarlo, pero está demasiado agresivo.
—Mofak —pronunció Gala desde atrás, acercándose a él—. Vamos juntos, nadie dijo que debía ir sin tí.
***
Estaba tendido en la cama, mirando el techo, con la respiración agitada, cuando el dulce aroma de ella llegó a él. Su corazón comenzó a latir más rápido, y sus pupilas se dilataron, comenzando a sentir dolor en el pecho.
Gala.
Se levantó de la cama y con pasos errantes salió de la misma, intentando que su vista borrosa le permitiera llegar a ella.
Gala había regresado.
Ezlang emitió un sonido lastimero, acercándose a la puerta, y antes de poder abrirla, un guardia lo hizo.
—Rey Ezlang.
El castaño lo observó y le gruñó. No era a quien quería ver, no entendía porqué demonios él estaba allí cuando a quien había olido, era a-
—Ezlang —pronunció aturdida Gala al verlo.
Dios, su cabello había crecido mucho en esas dos semanas, estaba más largo y en mucha cantidad, sin contar con su barba y vello en su pecho y muslos.
Al momento de verla, volvió a emitir ese sonido, y ella con pasos inseguros se acercó a él, siendo abrazada fuertemente contra su cuerpo.
