Jake.7:00 am
Nada.
No estaba triste, ni alegre, no sentía nada.
Solo estaba ahí, rogándole a Dios que me quitara aquél sentimiento frustrante, rogándole que me despertara de esta ilusión que más parecía una horrible pesadilla.
El dolor era tan fuerte que me había bloqueado, solo estaba bajo el agua de la ducha asimilando lo que estaba sucediendo.
-¿Jake? -la voz de mi papá se escuchó tras la puerta de mi habitación, a lo lejos, como si fuera eco -tenemos que ir de regreso rápido, Mike despertó -susurró -pero tomate el tiempo que necesites -dicho esto se marchó dejándome en mi agujero negro, otra vez.
Mi mente divagaba entre todos los recuerdos y momentos que pasé con ella, me sequé y terminé de alistarme de manera automática ya que mi mente estaba en otro lado.
-¿Vas a desayunar? -volteé al oír aquella voz y me topé con los ojos de mi padre llenos de preocupación.
-No tengo hambre -murmuré, bajé del auto y entré al hospital con el corazón en el piso. Esperé a que mi padre llegara hasta a mí, caminamos un poco más y Ashley se acercó a él, yo solamente observé a Mike a través de la ventana quien estaba riendo junto a Mary. El pecho se me contrajo y las ganas de llorar me invadieron. Caminé a paso lento hacia su puerta mientras me mentalizaba para no echarme a llorar.
-¡Jake! -Mike gritó apenas atravesé la puerta, su instinto fue saltar a mis brazos pero se lo impedí cuando llegué a su lado.
-No puedes moverte tanto -susurré con el corazón roto, quien se destruyó por completo cuando lo vi con aquellos cables impidiendo su movimiento. Mary salió de la habitación y yo me senté en la silla al lado de la camilla.
-Ves, la enfermera dijo que soy un niño muy valiente -su sonrisa causó una paz inmediata en mi interior.
-Es porque aún no te ha visto ver películas de terror -murmuré molestándolo, él solo soltó una risita y sonreí aliviado.
-¿Y Sam? -y he aquí la pregunta que temía -. Papá me dijo que estaba aquí, ¿ella está bien?, ¿crees que me dejen verla?, tengo tanto que contarle -su risa me hizo vibrar el pecho, las lágrimas amenazaban con salir nuevamente pero me obligué a mantenerme fuerte, por él, por ella y por mi.
-Seguramente Sam escuchará cada una de esas cosas que quieras contarle -subí a la camilla y le senté junto a él -, solo tenemos que ser pacientes, ella está dormida, tuvieron que hacerle unos exámenes, su mamá tiene que venir para saber qué tiene -dije mientras acariciaba su cabello. Mike volteó a verme, y su sonrisa de oreja a oreja llena de felicidad me partió el alma en dos.
-¿En serio? -asentí y aquella acción fue peor castigo que pude recibir.
-¡Hola, chiquillo! -la voz de la enfermera llama nuestra atención, ambos la miramos y ella se acercó a la camilla -. Hola Mike, ¿cómo te sientes?
-Super bien, aunque me duele un poco el pecho -Mike dijo con alegría mientras hacía una mueca de dolor tocándose el pecho -,pero sé que estaré bien, el doctor me dijo que saldré de aquí pronto -su sonrisa me destruyó por completo.
-Y así será, pero para ello tienes que tomar tu medicina -la enfermera sacó un jarabe de su mandil y lo sirvió en una cuchara - abre grande -Mike soltó una risa luego de ello y se acostó a mi lado.
-Este jarabe me hace dormir, así que si quieres irte está bien -dijo Mike cuando se recostó, volteé a ver a la enfermera quien me miró mientras asentía -está bien, sé que si te necesito estarás aquí, ve a buscar a Sam y dile que quiero verla cuando despierte, ¿harías eso por mi? -preguntó mientras bostezaba.
-Haría lo que fuera por ti, pequeño -besé su frente, él me sonrió, tomó mi mano, la apretó suavemente y se agarre se debilitó. Aquél sentimiento me estaba desgarrando por dentro y me estaba comiendo vivo.
-Estará bien, solo duerme, serán un par de horas -la voz de la enfermera llamó mi atención. Miré nuevamente a Mike y cuando su pecho subió y bajó suavemente me tranquilicé. Besé su cabeza nuevamente y salí de la habitación, la enfermera salió detrás de mí y cerró la puerta.
-Me quedaré con él, Ashley y Mary irán a casa a descansar, no te preocupes por él, ve a ver a Sam, su madre acaba de llegar -dicho eso mi padre se metió en la habitación luego de despedirse de Ashley, mientras yo seguía en mi lugar mientras aquellas palabras se repetían una y otra vez en mi mente «su madre acaba de llegar»
Caminé furioso hasta la habitación de Sam e ingresé sin anunciarme o pedir permiso. Cuando abrí la puerta lanzamiento más espantosa de toda mi vida estaba frente a mis ojos, a su madre, mientras fingía llorarle ignorando que todo ello era su culpa.
-Cínica -escupí con odio, los ojos de su madre me repararon de arriba hacia abajo con malicia -¿Cómo te atreves a venir luego de haberle hecho esto tú?, le lloras como si te afectara mientras ignoras el hecho de que tú se lo has hecho - la desesperación tomó lugar en mí y comencé a alzar la voz sin darme cuenta.
-No sabes nada -dijo, aquella respuesta provocó mucho más odio de mi parte hacia ella.
-No te digo todo lo que mereces porque desgraciadamente eres la madre de la mujer que amo, deberías agradecerlo -murmuré, me acerqué hasta ella y la hice a un lado para tomar la pequeña e inmóvil mano de Sam la cuál yacía en el borde de la camilla. La imagen era desgarradora, verla tirada allí, tan frágil, tan pálida. Los moretones en su rostro eran un recordatorio brutal de la violencia que había sufrido, la violencia de su propia madre -. ¿Cómo pudiste hacerle esto? -le pregunté a su madre, con la voz cargada de odio-. ¿Cómo pudiste lastimar a tu propia hija? -Ella no respondió, solo me miró con una expresión de indiferencia que me heló la sangre. La rabia me consumía, un fuego que amenazaba con quemarme por dentro. Quería gritarle, golpearla, hacerla sentir el mismo dolor que ella le había infligido a Sam. Pero me contuve, por Sam, por el amor que le tenía.
En ese momento, el doctor entró en la habitación. Su rostro era serio, y preocupado me erizó la piel.
-Tenemos que hablar -dijo, mirándome a los ojos. Mi corazón se detuvo. ¿Qué había pasado? ¿Qué otra cosa mala podía pasar?
El doctor nos llevó a una pequeña sala de espera. Me senté lejos de su madre, mis manos temblando, el sudor frío recorriendo mi espalda, eso era lo único que me distraía del miedo que tenía justo ahora.-Sam ha sufrido un hematoma intracraneal -comenzó el doctor-. El hematoma intracraneal afectó principalmente las áreas del cerebro responsables de la memoria episódica, la cuál es responsable de almacenar recuerdos de eventos específicos. Esto quiere decir que Sam conserva la memoria semántica; el conocimiento general, como los nombres de sus padres -soltó un suspiro -. Y la memoria procedimental; habilidades aprendidas, como hablar o caminar, pero ha perdido recuerdos de momentos concretos de su vida.
Este tipo de amnesia selectiva es posible cuando el daño cerebral se localiza en áreas específicas del hipocampo y la corteza temporal, que juegan un papel crucial en la codificación y recuperación de recuerdos episódicos. En pocas palabras, ha perdido la memoria. Pero recuperará su memoria semántica y las habilidades procedimentales cuando despierte.Las palabras resonaron en mi cabeza, un eco de pesadilla. ¿Perdió la memoria? ¿Cómo era posible?
-No recuerda nada -continuó el doctor-. Ni su nombre, ni su familia, ni a ti.El mundo se desmoronó a mi alrededor. La mujer que amaba, la mujer que me amaba, ya no me recordaba, ya no me amaba. Era como si hubiera muerto, pero seguía respirando.
Esto tiene que ser un error, ella no podía olvidarme, ella dijo que no iba a olvidarme jamás. Lo prometió.

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Una Ilusión.
Teen FictionSecretos que pesan más que los suspiros, dos corazones agonizantes anhelando ser salvados, aquellos corazones heridos que buscan una cura, al otro. Unidos por una conexión que desafía las barreras del tiempo, descubren que el amor puede florecer in...