—Entonces, cuéntanos un poco más cómo es que llegaste a Tamak'Atak.
Gala observó con temor a esos tipos con apariencia muy extraña, sus rasgos faciales eran muy marcados, como... Si fuesen una especie de mezcla entre simios y humanos.
—D-Déjenme regresar, por favor —pronunció con temor, y lágrimas en los ojos.
—Oh vamos ¿Estás por llorar? ¿Por qué? —le inquirió uno de ellos—. En tu nuevo hogar estarás mucho mejor que con esos gatos. Tendrás tu propia habitación, tu cama, un plato con comida y agua, y además-
—¡Qué no soy un animal!
El tipo emitió un sonido extraño, pero claramente sonó molesto, haciéndola echarse hacia atrás en la jaula donde la llevaban.
—Cierra la boca, no hablarás a menos que sea para responder lo que tus amos te preguntan.
Se estremeció por completo al ver a ese enorme tipo de más de dos metros acercándose a la jaula, caminando casi erguido hacia ella.
—Ahora responde lo que se te dijo ¿Cómo llegaste a Tamak'Atak?
—S-Seré la esposa de Mofak, déjenme salir de aquí.
—¿Esposa del bastardo ese? Que graciosa eres —rio, haciendo reír a los otros dos tipos con lo que viajaban en aquel carro—. Mofak es estéril, todos lo saben en la isla, y es por eso que está desesperado buscando diferentes tipos de especies de hembras para intentar cruzarse. Pero eso no responde como llegaste hasta Tamak'Atak.
—Fui... Fui un regalo de Ezlang hacia Mofak.
—¿Lo ves, humana? Aquí estarás mejor cuidada —sonrió—. Serás la mascota perfecta para la princesa Elitsefa.
Maldita sea la hora en que se había levantando en la mañana para ir por un bocadillo.
Pero ¡¿Es qué como iba a saber que esos tipos la iban a secuestrar por ser HUMANA?!
***
El reino era un caos, y todo gracias a la desaparición de Gala, que hasta al momento, se rumoreaba que había huido en un descuido. Y quién estaba causando todo ese alboroto, era Mofak, desesperado por encontrarla.
—Traélos cuanto antes, Majier, yo no pienso seguir perdiendo el tiempo cómo el incompetente de Ezlang —gruñó de rabia, cambiando su traje típico de la realeza, por uno de soldado.
—Mofak, estás actuando de forma precipitada, tan irracional como el rey. Entiende que no podemos entrar en territorios vecinos sin permiso.
—Alguien se la llevó, ella no huiría.
—¿Cómo puedes estar tan seguro? Tú has escuchado lo que sus guardias y siervos decían, ella no le obedecía ni siquiera al rey.
—Porque no sería tan estúpida de arriesgarse a correr con la misma suerte de aquella vez... Maldita sea —gruñó cerrando los ojos—. Quizás... quizás esta vez no la encuentren con vida.
Majier suspiró y negó con la cabeza.
—Iré por los perros, pero si tu hermano los ve aquí, estarás en problemas.
—No, no los traigas aquí, llévalos a la frontera de Tezka, ahí los estaré esperando.
***
—Alguien tuvo que haber visto algo, la humana no pudo haber desaparecido sin que siquiera alguno de los guerreros o siervos la viera por última vez —gruñó Ezlang observando a sus súbditos—. No lo volveré a preguntar y quién haya tenido contacto con ella, y lo mantenga oculto, tendrá graves consecuencias cuando me entere. ¿Quien fue el último que la vio?
