𝗘𝗣. 2

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—  🍂  ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴏɴ

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— 🍂  ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴏɴ

Los días pasaron rápido para el gusto de Kalani, y pronto tuvo que empezar su primera semana en la escuela.

Estaba emocionada, pero al mismo tiempo estaba nerviosa. La gente en la reserva no estaba muy acostumbrada al cambio, y tal vez sería extraño para ella que Kalani regresara de la nada. Al menos Seth estaría ahí.

El chico la había pasado por ella toda la semana, no se despegaba de ella a menos que fuera necesario, le presentó a sus amigos y hacía lo posible para hacerla sentir cómoda.

Pero para el miércoles, Kalani aún se sentía muy extraña. Escuchaba perfectamente lo que se hablaba de ella entre el cuerpo estudiantil.

"La chica que regresó", "la chica de Los Ángeles" "La linda hermana de Sam Uley". En realidad todo el mundo la conocía. Kalani era popular, pero no de la misma manera que solía serlo. Era popular de la manera en la que el resto la veía inaccesible, entonces nadie se acercaba.

Kalani había logrado amigarse con algunas personas: Seth Clearwater obviamente, Jacob Black, Embry Call, y Quill Ateara.

Mucha gente no entendía porque la popular se juntaba con ellos, ya que, a excepción de Seth, los chicos eran visto como personas muy alejadas de ser cool.

Pero a ella no le importaba. Era jueves a la hora del almuerzo y la morocha se encontraba haciendo fila en la cafetería junto a Seth.

Ambos conversaban amistosamente hasta que escucharon al grupo de personas que estaban detrás de ellos. Kalani no sabía si la gente en la reserva de verdad no sabía susurrar, o si no le importara que ella escuchara.

- Es bonita - Susurró un chico de su mismo grado.

- Pues háblale - Se quejó una de las chicas que estaba junto a él. Y Kalani estaba de acuerdo. No es que ella quisiera que él en particular le hablara, pero le molestaba que la gente quisiera llevarse con ella pero nadie le dirigía la mirada.

- ¿Estás loca? No - Dijo, tan incrédulo como si la chica le hubiera dicho que le llevara una serenata.

Seth se volteó a ver a su mejor amiga apenado, sabía cómo se sentía ella sobre la manera en la que el resto la percibía. Así que encontró una sencilla solución y tomó la mano de la chica y ambos se salieron de la fila.

- ¿Estás loco? Ya no nos va a dar tiempo de comer - Se quejaba Kalani.

- Vamos Kal, sé que no quieres estar aquí, así que te tengo una propuesta. Vamos a tu casa por ropa, después vamos a la mía por ropa, y nos vamos a La Push.

𝗣𝗥𝝝𝗧𝗘𝗖𝗧𝗜𝝝𝗡  |  ᴾᴬᵁᴸ  ᴸᴬᴴᴼᵀᴱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora