Angela Martínez, adoptada en Argentina y criada en Colombia, siempre ha sentido que su origen está envuelto de misterio. Al regresar a Argentina con su familia, se enfrenta a secretos ocultos que cambiarán su vida para siempre.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Después de aquel episodio con Matt, Jazmín actuaba como si nada hubiera pasado. Simplemente volvió con nosotras y se puso a limpiar mesas, mientras Mar y yo la seguíamos de cerca, tratando de sacarle alguna palabra sobre lo ocurrido. Aunque lo disimulaba bien, era obvio que le había afectado más de lo que quería admitir.
—Jaz... ¿segura que no querés hablar de... de Matt? —se animó a preguntar Mar, con cautela.
—No, ¿por? —respondió ella, sin levantar la vista.
—No sé... lo vi así como... —Mar buscó las palabras.
Intervine—Estaba como medio apurado, ¿no?
—Sí, estaba como cortado también, ¿puede ser? —insistió Mar.
—No.
—¿No? —preguntamos las dos al mismo tiempo.
—No, no, no, estaba apurado si.
—Ah, no, no, bueno.
—Y, bueno, pasa que es un tipo grande. ¿vieron?—Trato de justificar— Esta ocupado, pero no, cero cortado.
Con Mar intercambiamos miradas. Ninguna le creía esa fachada de superada, era obvio que le había dolido que le cortara el rostro de esa manera, pero no nos atrevimos a decir nada mas.
—Le podría haber hecho una escena—Añadió Jazmín— Pero no, eso es de nenita caprichosa, y yo, yo no soy así. Así que no.
—¿Que, me vas a hacer una superada a mi?
—No... —respondió la rubia con tono casual, aunque evitó mirarnos demasiado—. ¿Ya saben qué se van a poner para la fiesta? —preguntó, cambiando de tema descaradamente.
—No.
—¡Ay, la fiesta! —exclamé, llevándome la mano a la frente—. Se me había olvidado por completo.
Ellas me habían invitado ayer pero con todo lo que había pasado con Simón y con lo del plan de Tacho se me había pasado por completo.
—Tengo que ir a mi casa a ver qué me pongo. Nos vemos en la noche, chicas.
Cuando llegué a mi casa, fui directo a mi cuarto y empecé a revolver el armario, dejando todo patas arriba mientras trataba de decidir qué ponerme. Quería dejar lista la ropa para la noche y no perder tiempo más tarde al arreglarme. Estuve así unos minutos hasta encontrar algo que más o menos me convenciera. Al final, lo dejé sobre la cama y me tiré al lado, soltando un suspiro.
Cerré los ojos un momento, todavía con la cabeza llena de todo lo que había pasado hoy. Pensé en la radio, en ese instante extraño, como si una fuerza extraña me hubiera atravesado de repente. No sabía qué había sido, pero no era algo normal. Y lo peor es que no era lo único raro últimamente.
Los sueños estaban cambiando. Siempre habían estado ahí, pero ahora eran distintos... más oscuros, más intensos. Me despertaban con el corazón acelerado, como si algo me persiguiera incluso después de abrir los ojos.