17

959 175 14
                                    

—Gala ¿Qué pasa contigo? ¿Cómo se te ocurre desafiar y cuestionar al rey? —le inquirió preocupada Tariel—. Nunca nadie había sido tan insubordinado, y con esto, sólo vas a conseguir que él reaccione mal.

—Me da igual, de todos modos sé que mi único propósito en esta isla, es satisfacer sexualmente a los hombres —pronunció en un tono carente de emoción—. Primero las bestias salvajes de los Clivents, y luego será Mofak... Y si no es él, será cualquier otro tipo que me encuentre por ahí.

—¿Quieres hablar conmigo? ¿Contarme que es lo que está pasando? ¿Qué estás sintiendo?

—Me siento cansada, Tariel... Lo único que quisiera, es despertar de esta pesadilla y estar en casa, nada más —pronunció con lágrimas en los ojos—. He pensado tanto en la muerte, pero... No creo poder conseguirlo por mi misma, soy muy cobarde como para hacerlo.

—No digas eso —le pidió afligida—. Sé que has tenido que atravesar cosas horribles y sobreviviste a todas ellas, eres muy fuerte y muy valiente, Gala.

La castaña desvió la mirada hacia su sierva, negando con la cabeza.

—Tariel ¿Tú alguna vez estuviste con Ezlang?

—¿A qué te refieres?

—¿Has tenido sexo con él? ¿Qué tan cercanos son?

—¿Por qué me preguntas eso?

—Sólo responde.

—Pues, Ezlang es el rey, Gala —pronunció en un tono bajo—. Nosotras estamos para obedecer y cumplir sus órdenes y deseos, esa es nuestra función.

—Dios, siento el estómago revuelto —murmuró la castaña poniéndose de pie.

—¿Eso te molesta? ¿Qué el rey tenga sexo con las siervas?

—Tu rey de mierda no es más que un maldito promiscuo, Tariel. Un asqueroso promiscuo que cumple sus fantasías más bajas, abusando de su autoridad. Sabe bien que ustedes le temen ¡Y es por eso que las obliga a acostarse con él!

—Baje la voz, por favor —le pidió preocupada—. Y no es tan así como crees, él no nos obliga, sólo solicita nuestra compañía.

—¿Ah sí? ¿Y qué pasa si se niegan? —le inquirió con molestia.

—La verdad que no lo sé, nadie lo ha hecho, porque todas hemos complacido al rey por decisión propia, y él ha sido muy atento también. Ninguna nunca pasó un mal momento.

—Claro —murmuró dirigiéndose al baño.

—Gala ¿Por qué te molesta tanto eso?

—No tiene sentido que te lo explique, no lo entenderías, ustedes tienen otra visión de la ética y moral. Tomaré un baño, Tariel, si quieres puedes tomarte el resto del día, no voy a salir de mi habitación.

—¿Estás segura?

—Sí, ve, no estoy de ánimos para nada. Y gracias por estar conmigo, acompañarme, eres una gran amiga para mí en la isla —sonrió levemente.

***

—¿Dónde está Gala? Exijo verla ahora, que la traigas ante mi en este momento —pronunció con rabia Mofak.

Ezlang lo observó desde su sillón, antes de respirar profundo y tomarse del puente de la nariz, cerrando los ojos.

—Será mejor que te retires en este momento, porque no estoy de humor para aguantar las estupideces de nadie.

MutansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora