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—Cuéntame entonces como son las cosas aquí —le dijo limpiando su nariz, ya más calmada, sentada en la cama de él—. ¿Cuántos reinos hay?

Ezlang se paseó por la habitación, con su bata abierta, ya que antes que el guardia apareciera con Gala, estaba recibiendo un masaje, y fue hasta una de las estanterías por un licor.

—En está isla hay seis reinos, Tamak'Atak, el de Bestak al noreste, Clivent al suroeste, Wastiap al sureste, Puantielt en el centro oeste y Mershlak al centro este. Los dos reinos del norte, el mío y el de Izlang son de mi especie, de mi raza. El sur está gobernado por criaturas inferiores y primitivas, como los Clivent y otras especies inmundas. Es la zona de la isla más pobre en recursos y calidad de vida... Y aún así se reproducen como si su vida dependiera de ellos. No es de sorprender que practiquen el canibalismo.

—¿Por qué no terminan con ellos? ¿No tiene el poder para hacerlo?

—Existe un tratado que nos impide entrar en guerra con los demás reinos, lamentablemente, tanto Clivents como Wastiap lo respetan, y no hay motivos para aniquilarlos.

—¿Y qué tipo de relación tiene tu reino con los otros tres?

Ezlang respiró profundo, y luego negó con la cabeza, dándole un trago a su licor.

—No tan bueno como quisiera.

—¿Por qué? ¿Puedes hablar de ellos?

—Mi hermano gemelo es el rey de Bestak, Bestak ni siquiera existía hace diez años, él lo fundó luego de la disputa que tuvimos aquí y que un grupo de guerreros y siervos, decidieran seguirlo. Tuvimos que dividir Tamak'Atak en dos mitades iguales, y él se quedó con el Este.

Gala lo observó con pesar, intentando ocultar la curiosidad y fascinación que le estaba provocando que él le contara sobre la historia de los Mutans. Al menos la historia actual, ya que aún no había llegado al origen de ellos y sus creadores.

—¿Qué tipo de diferencias provocó la fragmentación de un reino tan grande?

—La muerte de mi padre —reconoció en un tono bajo, mirando su copa—. Yo ni siquiera quería gobernar, pero nací diez minutos antes que Izlang, por lo que me hacía el heredero al trono. Izlang jamás estuvo de acuerdo en qué yo tomara el lugar de nuestro padre, es por eso que cuando falleció, inició una campaña en mi contra para quitarme el lugar que me correspondía por derecho. Tuvimos una pelea... Pelea física que él ganó —pronunció bajo, afectado al recordar aquello—. Pero el pueblo no lo quería de líder, Izlang tenía ideales muy radicales, es por eso que los consejeros y los guerreros tomaron la decisión por nosotros, Tamak'Atak sería dividido, aquí se quedarían los que quisieran seguir viviendo con las políticas ya establecidas hace cuarenta años atrás, y con Izlang se irían los que estuvieran de acuerdo con sus nuevas ideas.

—¿Y se fueron muchas personas? —le preguntó apoyando su cabeza sobre sus manos, mientras sus codos eran sostenidos por sus muslos.

—El treinta por ciento de la población se fue con él... Incluída mi reina.

Gala abrió los ojos con sorpresa. Wou, el chisme se ponía aún mejor.

—¿Tu mujer se fue con tu hermano?

—No sólo se fue con él, sino que también abandonó a nuestro hijo que en ese momento tenía tres años. Tarek era sólo un cachorro, sufrió mucho el abandono de su madre, y ahora que es un adolescente, el resentimiento hacia ambos ha crecido también.

—Pero no fue tu culpa.

—Sí lo fue, si yo fuera de carácter más fuerte, si hubiese ganado, Ilenka estaría aquí, habría cuidado de nuestro cachorro, y hoy Tarek sería muy diferente.

—No, Ezlang, no es así —le dijo Gala luciendo seria—. Una verdadera madre jamás abandona a su hijo, lo prioriza ante todo, y ella no lo amaba lo suficiente cómo para quedarse aquí, aún tú habiendo perdido, debía quedarse para cuidarlo y apoyarte a ti también.

El rey asintió con la cabeza y levantó la cabeza para mirarla.

—Entonces ¿Qué harás tú luego de que le des un heredero a Mofak? ¿Te irás o te quedarás con tu cachorro aquí?

***

—Ya calma tu temperamento, Mofak, estás mareandome de tanto ir y venir.

—¿Cómo me pides que me calme, Majier? ¡Ese hijo de puta quiere a la humana también! He visto como la mira, como siempre intenta llamar su atención, y ahora se cree su maldito dueño ¡Impidiéndome verla!

—Bueno, él la rescató después de todo —pronunció con obviedad su general—. Hablando desde un punto de vista imparcial, le pertenece.

—¡Pero es mía! Él la fue a buscar por mí ¡Se suponía que con ella me devolvía el favor! Pero no tiene palabra, honor ¡Nada!

El general observó al muchacho con aburrimiento, ya harto de sus caprichos.

—Después de todo ¿Para qué quieres a la humana?

—Necesito un heredero.

—Toma una sierva y termina con este circo.

—¿Te crees que no lo intenté? —gruñó—. Lo he intentado con decenas de sierva, y ninguna ha quedado preñada.

—¿Y no serás tú el del problema entonces?

—No, el problema es la incompatibilidad, yo sé que si lo hago con una humana, tendré descendencia.

***

—Oye, Tariel ¿Puedo hacerte unas preguntas?

—Claro ¿Qué te gustaría saber?

—¿Qué edad tenías tú cuando el reino se dividió en dos?

La jovencita la miró curiosa y luego elevó su mirada, pensativa.

—Mm unos ocho o nueve años, no lo recuerdo muy bien ¿Por qué?

—¿Y tú qué piensas al respecto? ¿Estás a favor de Ezlang o del otro rey?

Tariel la observó insegura y luego se acercó más a ella, sentándose a su lado en la banca dónde Gala se encontraba.

—¿Que tan al tanto de la situación estás?

—Pues, Ezlang me contó un poco sobre lo que pasó y que su hermano quiso que él abdicara por no considerarlo apto.

La rubia suspiró y negó con la cabeza.

—Eso no es del todo cierto —le contó en un tono bajo—. Aunque el rey Ezlang era el heredero por nacer primero antes que Izlang, quien realmente era más óptimo para el puesto era su hermano. A Ezlang se lo conoce como el rey perezoso, sabes... Desde que fue coronado, Tamak'Atak no ha avanzado, e incluso Bestak está hoy en día mejor que nuestro reino. Izlang se ha encargado de hacer unos tratados de comercio con las islas del Este, incluso tiene escuelas para sus siervos, para que todos reciban la misma educación que la familia real. Pero, tiene un temperamento muy fuerte e impasible, y eso le juega en contra. U obedeces a todo lo que él dice sin cuestionar, o te exilia. Y en el peor de los casos, te asesina. Todo tiene sus pro y contra, nada es perfecto aquí.

...

MutansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora