🩸Donde Park Jimin tendrá que ir a un internado de Vampiros.
Jimin al ser un diluido; o sea un vampiro humano, fue uno de los casos más sonados, pues nació de una humana. La cual murió al dar a luz.
Su padre le odia por lo que lo deja a su suerte...
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Los oscuros pasillos de aquel camino lo tenían confundido. No tenía idea de dónde se encontraba, le empezaba a dar miedo, no tenía más que una vela en sus manos para alumbrar.
Jimin estaba un poco confundido, había agua en el pasillo, fría y sucia. Las paredes de roca desgastadas habían cucarachas, paseando quitadas de la pena mientras Jimin intentaba seguir el largo camino. No parecía tener fin, no sabe cuánto tiempo ha estado caminando, incluso los pies se le estaban congelando.
─Hola, hay alguien aquí.
Hablo pero no recibo respuesta. Siguió caminando, era aterrador, parecía no tener fin y en unos minutos más llega a la salida. La poca luz le hizo ver unos pequeños escalones. Sacó sus pies del agua mirando sus dedos, está descalzo y sus pies están casi púrpuras, sin embargo no le dolían. Subió por los pequeños escalones donde la luz le cegó por un par de segundos. El rubio se dio cuenta que salió a un bosque, uno con cielo rojo y árboles secos de aspecto tenebroso. Volteo mirando que salió de una pequeña cueva, la que llevo recorriendo mucho tiempo.
Trago grueso, la vela en sus manos, el viento la hizo apagarse y su vista se oscureció también. Dio varios pasos sin saber por dónde andar hasta que se cayó en una especie de barranco. Rodó por la colina golpeándose contra rocas, ramas, se estrelló con un árbol gigante que provocó dolor en el abdomen.
El dolor que sentía era soportable, tenía heridas en su rostro y manos y sus pies sangraban. Jimin se trata de poner de pie tambaleando por su dolor, mira alrededor dándose cuenta que se adentro al bosque rojo. Una manada de cuervos se escuchó a lo lejos, unos susurros leves le llamaron la atención.
Las heridas en sus manos y pies se curaron en cuanto más pasos daba a los murmullos, más su energía volvía.
─No entiendo qué es esto en mis manos ─Unas tipo raíces sobresalen de sus manos, un color púrpura hermoso y brillante saliendo de sus manos─ ¿Que me pasa?
Desaparecen quedando como cicatrices en sus brazos y palmas. Dejó salir un suspiro y continuó.
Camino hasta llegar a los murmullos más altos, los cuervos parados en las ramas con ese chirriante ruido característico de ellos. Se escuchan más fuertes, Jimin tenía miedo, pero sentía que ese lugar era su hogar.
Al llegar, se escondió detrás de un gran árbol de roble, ahí miro a personas encapuchadas, en una especie de ritual satánico. Las velas a su alrededor eran negras y la llama era púrpura, el pentagrama era una luna azul en un círculo rojo.
Jimin trago grueso, ¿que demonios pasaba?, ¿quien eras ellas y porque estaban aquí? Escucho la voz de una de ellas, pero no sé lograba escuchar nada, era como un Susurro a pesar de tenerla tan cerca. Jimin se esforzaba por verlas y escucharlas, pero nada. Hasta que una de ellas de capa roja llegó, todas callaron. La de la capa roja extendió sus manos y sus uñas largas y negras salieron como garras.