—Mi señor, lamento entrar de este modo, pero necesito informarle de algo con urgencia.
—¿Qué ocurre?
—El campamento humano fue atacado, saquearon su tienda y todos sus artefactos están destruidos.
Ezlang observó con el ceño fruncido a su siervo.
—No di la orden de atacarlos, sólo eran reporteros. ¿Quién lo hizo?
—Cuando llegamos con Karém, los humanos ya no estaban allí, pero encontramos huellas en la arena. Y no, no fue su hermano el traidor.
—¿Entonces?
—El rastro de aroma que llegamos a percibir, pertenecía a los Clivents.
—Ya veo —pronunció bajo, sin cambiar su semblante serio, suspirando mientras tomaba asiento.
—Ezlang, ellos se llevaron a la humana.
—No podemos hacer nada, los humanos decidieron su final cuando pusieron un pie en nuestras islas.
—Violarán a la hembra hasta matarla, Ezlang.
El rey gruñó bajo, desviando la mirada.
—Ellos entraron en nuestro territorio para poder saquearlos, tenemos motivos más que suficientes para reclamarlos.
—No podemos hacer eso, Mofak, no entraré en un enfrentamiento innecesario con Clivent por humanos.
El muchacho se acercó a su líder con la cabeza baja, dejándole un celular frente a él. Cuando la pantalla se encendió, en el fondo de la misma estaba la foto de los cuatro muchachos, y en el medio, estaba Gala sonriendo, abrazando a Tobias y Marco.
—Es solo una humana joven.
—Mi decisión ya está tomada, Mofak, no iré a Clivent.
—Jamás le he pedido nada a cambio del favor que le hice aquella vez —pronunció bajo, sin levantar la cabeza—. Pero... Hoy lo haré, traiga a la humana aquí.
Ezlang gruñó arrugando la piel sobre su nariz, mostrándole sus afilados colmillos.
—¿Por qué estás tan empecinado con los humanos?
—Los machos no me importan, quiero a la hembra.
—¿Por qué?
—Porque no tengo descendencia, señor —murmuró—. Y el científico había dicho que reproducirnos con humanos quizás era viable.
Su líder lo observó en silencio unos segundos, y luego extendió su brazo hacia él.
—Ve por la guardia real, iremos a Clivent.
***
—S-Son demonios —pronunció con horror Marco, observando esos individuos de aspecto grotesco, con la mayor parte del cuerpo cubierto de vello.
Parecían una especie de animales antropomorfos, que caminaban semi erguidos la mayor parte del tiempo, pero también sobre sus cuatro extremidades a veces.
No los había escuchado hablar hasta el momento, sólo comunicarse a través de gruñidos y señas, como... Animales.
Los habían encerrado a los tres juntos en una especie de jaula hecha con troncos finos de árboles, que olía realmente horrible, cómo a sangre podrida, a muerte.
De Steven no sabían nada, no habían visto su cuerpo cuando los sacaron de la carpa, pero lo más seguro, es que estuviera muerto ya.
—Gala.
La joven castaña iba con la mirada perdida, mirando hacia la nada, con los ojos llenos de lágrimas. Lágrimas que mojaban sus mejillas de vez en cuando.
—Ey.
—Lo siento —pronunció en un tono ausente de emoción alguna, quizás por el shock que estaba atravesando—. Steven está muerto por mi culpa, y nosotros pronto también lo estaremos.
—Al menos moriremos sabiendo que son reales —le dijo Tobias sin mirarla—. ¿Son cómo los imaginabas?
Ella desvió la mirada hacia él, antes de negar con la cabeza.
—Son horribles.
***
—Padre ¿A dónde van?
—A Clivent.
—Iré contigo —le dijo el jovencito, dándose la vuelta para ir a buscar su armamento.
Pero su progenitor lo detuvo, apoyando una de sus manos sobre el hombro de él.
—No, Tarek, tú eres mi heredero. Si algo llegase a ocurrirme, tú debes de proteger nuestro territorio. Debes quedarte aquí.
—¿Si algo llegara a ocurrirte? —le inquirió con temor, girándose para mirarlo—. ¿Que tan salvaje son los habitantes de Clivents?
Ezlang miró a su hijo y luego suspiró.
—Son animales salvajes con la capacidad mínima de raciocinio. Al ser parte de los primeros experimentos, son más bestias que humanos.
—¿Ellos no se ven cómo nosotros?
—No, su imagen es muy diferente a la nuestra. E intentar hablar será imposible, así que no quedará más que pelear para intentar salvar a la humana, si es que está viva aún.
—¿Por qué debes poner tu vida en peligro, padre? Eres el rey, envía a tus guerreros, que ellos la busquen.
—Porque soy el representante de Tamak'Atak, y porque le debo un favor de vida a tu tío Mofak.
—¿Y que tiene que ver Mofak en todo esto?
—Quiere a la hembra humana.
—Arriesgarás tu vida y la de los guerreros ¿Por una hembra? —le inquirió incrédulo.
...
¿Que tipo de felino creen que es Ezlang?
