Desde que fue dejado en un orfanato por Albus Dumbledore, desde ahí fue que el destino cambio su rumbo.
Fue adoptado por los Dursley, Petunia y Vernon Dursley, y ahora era el hermano adoptivo de Dudley Dursley. Pero preferían llevarse como primos...
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—Si van a salir espero qué no vuelvan tan borrachos, no quiero vómito en mis sillones nuevos.
—Si, jefa.
Respondieron Dudley y Harry al mismo tiempo mientras terminaban de acomodarse la camisa, ya era hora de ir a la fiesta de Justin. El cual vivía a unas cuadras de Privet Drive, pero aún así era algo lejos.
—¿Ya están listos?
—Sup
—Bien, espero que la pasen bien. No vuelvan a la hora que Vernon se va a trabajar, por favor.
—Adios mami.
Ambos le dieron un beso en la mejilla a Petunia, salieron de la casa mientras saludaban a Vernon.
El camino hacia la casa de Justin fue entre bromas y risas, cuando llegaron pudieron apreciar la casa de su amigo. Era una casa de dos pisos, espaciosa y elegante. Los padres de Justin eran empresarios famosos por la zona, por ende vivían entre lujos y más lujos.
—Qué te juego que tiene cinco paquetes de corona.
Eso no era una pregunta, era una afirmación.
—Cinco no, siete.
Entraron a la lujosa casa, siendo recibidos por una barra llena de bebidas y un ambiente relajado y lleno de risas junto a la música.
Una chica castaña, de rizos incontrolables se les acercó.
—Los chicos fiesta, ya hacían falta. El ambiente aquí está muy apagado, solo beben y se sonríen, ¿Dónde está la diversión en eso?
Hermione Granger, una castaña que habían conocido mientras estaban en la biblioteca. Según les había dicho la chica, ella estudiaba en el extranjero y solo volvía durante las vacaciones.
—Hermioneeeeee.
Saludaron, abriendo los brazos para darle un abrazo a la chica. La castaña les sonrió con esa característica serenidad que solo ella podía tener. Recibiendo el abrazo gustoso.
—¿Es verdad que se van a tomar un año antes de ir a la Uni?
—Si, es que sabemos que cuando nos vayamos a estudiar tendremos que dejar todo esto de lado. Mamá y papá están de acuerdo, pero siempre y cuando nos comportemos.
—No se van a comportar, ¿Verdad?
—No.
Los tres soltaron risitas, antes de que el anfritión de la fiesta se les acercara, Justin Smith, utilizando la corbata como sombrero, con los dos primeros botones de su camisa desprendida y una bebida leve en la mano.
Todo indicaba que ya estaba borracho.
—Por dios, Justin, ni si quiera llegamos y ya estás tomado. Qué onda amigo.